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Daniel Calleja: “Para recuperarnos de esta crisis, la circularidad tiene que convertirse en norma”

El director general de Medio Ambiente de la Comisión Europea, el español Daniel Calleja, tiene una experiencia de más de 30 años en la institución y ha sido testigo de gran parte de los procesos de cambio que se han llevado a cabo en ese contienente en los últimos años. Y hoy, desde su cargo, está en la primera línea de la definición de estrategias que ayuden a ese continente a enfrentar los impactos causados por la pandemia del coronavirus.

Una crisis, dice Callejas, que está cambiando al mundo y que en el caso de Europa permitirá darle un impulso mayor al giro hacia el desarrollo sostenible y la economía circular. Habla también sobre el rol que tendrá América Latina y la cooperación entre países para avanzar en esta línea. “Esperamos trabajar con Chile para promover la economía circular e impulsar aún más la transición sostenible”, afirma.

Da la impresión de que Europa ya pasó lo peor de la crisis y que comienzan a recuperarse algunos sectores de la sociedad y la economía. ¿Qué sucede hoy en ese continente?

Actualmente, la Comisión Europea está completamente movilizada para proteger la salud de los ciudadanos y abordar los efectos económicos y sociales de la crisis. Junto con los Estados miembros, estamos trabajando en estrategias de recuperación robustas y efectivas para recuperarnos de la pandemia. Europa será muy distinta después de esta crisis. La pandemia ha expuesto y exacerbado la vulnerabilidad de nuestro mundo globalizado e interconectado. Su impacto en nuestra salud, nuestras sociedades y economías es profundo y duradero. Pero este momento difícil también ofrece la oportunidad de sentar las bases para poner a la resiliencia y la sostenibilidad en el centro. En esencia, esto significa proteger mejor y recuperar nuestra naturaleza y ecosistemas, acelerando la transición a la economía circular y profundizando nuestras acciones contra el cambio climático de modo que para 2050 ya no haya emisiones netas de carbono.

¿Cuáles cree que serán los principales impactos de esta crisis en Europa y a nivel mundial?

El COVID-19 está cambiando el mundo. Los impactos económicos y sociales en todo el mundo son impresionantes, lo que implica grandes desafíos y amenaza con revertir los avances en términos de desarrollo logrados en los últimos años. La solidaridad mundial es ahora más importante que nunca. Por supuesto que la crisis de salud pública es el desafío más urgente de abordar. Pero, al mismo tiempo, los esfuerzos de la Comisión se han centrado en desarrollar una ambiciosa estrategia para promover la recuperación económica de nuestro continente. Durante una contracción, debemos concentrarnos en políticas que propicien el crecimiento y generen empleo, sin encerrarnos en las tecnologías del pasado. Necesitamos inversión en sectores que creen resiliencia, como la economía circular inteligente, la oleada de renovación y el transporte limpio, pero también en los ecosistemas y en la protección y recuperación de la biodiversidad en línea con la Estrategia sobre Biodiversidad y la próxima estrategia para los bosques.

El confinamiento nos ha ayudado a entender lo valiosa que es la naturaleza, lo importantes que son las áreas verdes en nuestras ciudades y cuanto anhelamos el aire limpio que de pronto no pudimos disfrutar. Creo que esta experiencia nos ayudará a reorientar nuestras políticas de largo plazo en Europa y en el mundo para convivir mejor con la naturaleza y como parte de ella.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentó un plan para movilizar 2,4 billones de euros para la reconstrucción. ¿Cómo se distribuirán esos recursos? Entre qué sectores de la economía, por ejemplo.

El financiamiento se dividirá en tres pilares: 540.000 millones de euros para apoyar la recuperación inmediata de los Estados miembros, 1.1 billones de euros en un marco financiero plurianual ampliado para los próximos años y 750.000 millones de euros para la recuperación, estimulando la inversión para superar la crisis.

El plan de recuperación se basa en tres pilares. El primer pilar es un nuevo Mecanismo de Recuperación y Resiliencia por 560.000 millones de euros, de los cuales 310.000 millones serán para subvenciones y 250.000 millones para préstamos. Esto dará un apoyo financiero para inversiones y reformas, incluidas aquellas relacionadas con las transiciones verde y digital y la resiliencia de las economías nacionales. Estará disponible para todos los Estados miembros pero se concentrará en las áreas más necesitadas.

El segundo pilar busca movilizar recursos privados destinando una garantía presupuestaria de la UE para financiar proyectos de inversión a través del Grupo del Banco Europeo de Inversiones y los bancos de fomento nacionales, además de 15.300 millones de euros para el programa InvestEU. El Instrumento de Apoyo a la Solvencia movilizará recursos privados para apoyar a las empresas de los sectores más afectados, preparándolas para un futuro más limpio, digital y resiliente. Además del Mecanismo de Inversión Estratégica para estimular la resiliencia de sectores estratégicos, especialmente aquellos vinculados con las transiciones verde y digital, además de cadenas de valor clave en el mercado interior.

El tercer pilar se concentra en el nuevo programa UE por la Salud (EU4Health, en inglés), el Mecanismo de Protección Civil de la Unión, rescEU y el refuerzo de Horizonte Europa para financiar investigación indispensable en salud, resiliencia y las transiciones verde y digital.

¿Cómo se llevará a cabo esta reconstrucción? ¿De rol tendrán el Pacto Verde Europeo y el nuevo Plan de Acción para la Economía Circular, que estarán a la vanguardia de la situación post COVID-19?

El Paquete de Recuperación adoptado por la Comisión refuerza la posición del Pacto Verde Europeo como la estrategia de crecimiento de Europa. Una vez que salgamos de la crisis inmediata, sus propuestas jugarán un papel central en los esfuerzos de recuperación de la UE y para lograr una recuperación justa, sostenible y rápida y, finalmente, una transición justa y equitativa que no deje a nadie atrás.

Para lograrlo, necesitaremos mayor circularidad en los sectores más importantes, como la construcción, energías renovables, químicos, textiles, turismo y agricultura. Es por eso que el Plan de Recuperación de la UE insiste fuertemente en el rol de la economía circular y la economía verde para relanzar la economía, crear nuevos empleos y reducir la dependencia de la UE de proveedores externos.

Se habla de hacer en tres o cuatro años lo que en circunstancias normales tomaría entre 15 y 20. ¿Es posible acelerarlo tanto? Porque requiere de recursos que probablemente no estén disponibles hoy.

Solo entre 2012 y 2018 la cantidad de empleos vinculados a la economía circular en la UE crecieron un 5%, llegando a unos 4 millones. Esto demuestra el impacto que las medidas para promover la economía circular pueden tener, incluso en un período de tiempo relativamente corto. Para lograr una verdadera economía circular, se debe abordar el ciclo de vida completo de los productos y es por eso que el nuevo Plan de Acción para la Economía Circular (CEAP, en inglés) anuncia iniciativas para el ciclo de vida completo de los productos, desde su diseño y fabricación hasta el consumo, reparación, reutilización, reciclaje y el reingreso de los recursos a la economía. Se trata también de una cuestión de impulso y de masa crítica. Cuando logras realmente cerrar el círculo, se crea un círculo virtuoso que se vuelve autosostenible. Ese es el objetivo a largo plazo, pero que puede lograrse bastante rápido en las circunstancias adecuadas, como vemos en los parques industriales de economía circular, que se están haciendo cada vez más comunes.

En enero usted planteó que el Pacto Verde es la respuesta no solo a los desafíos climáticos y medioambientales, sino también a los desafíos sociales relacionados. ¿Cuál es la dimensión de esas palabras en tiempos de reconstrucción económica y social?

Muchas personas, regiones y sectores afectados fuertemente por la crisis tendrán que hacer un cambio aún mayor que la mayoría. Por eso la Comisión propone fortalecer el Fondo de Transición Justa con 32.500 millones de euros adicionales para paliar los impactos socioeconómicos de la transición.

“Hacerse más verde” es bueno para el planeta pero en realidad lo hacemos por los ciudadanos y por nuestro propio bienestar. No hay duda sobre los beneficios generados por la transición a una economía circular. El marco de seguimiento que adoptamos como parte del primer plan de acción nos revela que en 2017 los sectores relevantes para la economía circular ya empleaban a unos 3,5 millones de trabajadores. Este ha abierto nuevas oportunidades de negocio, ha fomentado nuevos modelos de negocio y desarrollado nuevos mercados, tanto dentro como fuera de la UE. En 2017, actividades circulares como la reparación, reutilización y reciclaje generaron más de 128 mil millones de euros en valor agregado y representaron además unos 15 mil millones de euros en inversiones.

Pero no se trata solo de cifras. Se trata del tipo de futuro que queremos. El futuro que los ciudadanos quieren. Y me parece muy claro que, a raíz de esta crisis, los ciudadanos apoyarán todo aquello que conduzca a una mayor sostenibilidad. Porque obviamente esto va en su propio beneficio, a corto y largo plazo.

¿Cuáles serán los primeros elementos de una recuperación verde?

En línea con el Pacto Verde, nos embarcaremos rápidamente en una serie de iniciativas, como por ejemplo:

– Una oleada de renovación que creará empleos en el sector de la construcción, reducirá la pobreza energética y ofrecerá condiciones de vida más saludables a los ciudadanos de la UE.

– La inversión en tecnologías y cadenas de valor limpias se logrará a través de financiamiento adicional para nuestro programa de investigación Horizonte Europa y el nuevo Mecanismo de Inversión Estratégica, que invertirá en tecnologías clave para la transición hacía una energía limpia, como las tecnologías de energías renovables y de almacenamiento de energía, hidrógeno limpio, baterías, captura y almacenamiento de carbono e infraestructura de energías sostenibles.

– El foco en la aceleración de la producción e implantación de vehículos y embarcaciones sostenibles y combustibles alternativos incluye la instalación de un millón de puntos de carga, renovaciones de flota limpias, infraestructura de transporte sostenible y un cambio hacia una movilidad urbana limpia que será apoyado por fondos como el Mecanismo “Conectar Europa” e InvestEU.

¿Cómo se traducirá esto concretamente en economía circular?

Para recuperarnos de esta crisis, la circularidad debe convertirse en la norma. Estamos trabajando para asegurar que aprovechemos al máximo nuestras oportunidades. El Plan de Recuperación de la UE insiste fuertemente en el rol de la economía circular y la economía verde para relanzar la economía, crear nuevos empleos y reducir la dependencia de la UE de proveedores externos.

Nuestro nuevo Plan de Acción para la Economía Circular nos ayudará a mantener el consumo de recursos dentro de los límites planetarios, a reducir nuestra huella de consumo y a duplicar las tasas de utilización del material circular en la próxima década. Los productos que lleguen al mercado de la UE deberán estar diseñados para durar, ser fáciles de reparar y utilizar más materiales reciclados. Si nuestros teléfonos inteligentes duraran solo un año más, en términos de emisiones de carbono eso equivaldría a retirar un millón de vehículos de las calles.

Las 35 iniciativas incluidas en el Plan de Acción buscan que la elaboración de productos, servicios y modelos de negocio sostenibles sean la norma y no la excepción. El plan también aborda las cadenas de valor de productos clave y promueve la circularidad y la retención de valor a lo largo de toda la cadena de producción.

Esto requerirá un gran apoyo de los gobiernos y los ciudadanos, pero también de las empresas y las industrias. ¿Existe un consenso, una convicción entre todos los actores de que este es el camino?

Tenemos todas las señales de que existe tal consenso. Al presentar nuestro plan de recuperación al Parlamento Europeo, la presidenta Von der Leyen reafirmó que tenemos que “fortalecer nuestras economías centrándonos en nuestras prioridades comunes, como el Pacto Verde Europeo, la digitalización y la resiliencia.”

Ya en marzo, los Jefes de Estado y de Gobierno de los Estados miembros de la UE subrayaron que debemos empezar a preparar las medidas necesarias para volver al funcionamiento normal de nuestras sociedades y economías y al crecimiento sostenible, integrando la transición verde y la transformación digital, aprendiendo además las lecciones de la crisis. A principios de abril, los ministros de Medio Ambiente de 17 Estados miembros pidieron a la Comisión en una carta abierta que “utilizara el Pacto Verde Europeo como marco para este ejercicio (los debates sobre los escenarios EUCO) y así mantener el impulso implementando sus iniciativas.”

Otro ejemplo es la alianza de 180 políticos, líderes empresariales, eurodiputados y activistas medioambientales europeos que en una carta abierta del 14 de abril pidieron un “relanzamiento y reimpulso de nuestra economía para un futuro sostenible”.

El apoyo existe y no me sorprende. ¡Las ventajas son reales!

¿Cómo ve la situación en América Latina, y su relación con Europa en esta materia?

América Latina es un socio clave para la UE, que tiene una importancia estratégica creciente en temas medioambientales y climáticos globales. Un ejemplo reciente de buena cooperación fue la COP25, presidida por Chile en diciembre de 2019 en Madrid. Organizamos conjuntamente exitosos eventos paralelos sobre economía circular, con Eurochile en particular, y también con jóvenes y ciudadanos, donde el vicepresidente ejecutivo Timmermans lanzó el Pacto Verde Europeo.

El Pacto menciona explícitamente la importancia de las relaciones con América Latina y prevé movilizar todas las herramientas diplomáticas y financieras de la UE para garantizar que las políticas verdes jueguen un papel clave en nuestras relaciones con la región. Con este nuevo impulso, la UE y América Latina deben seguir trabajando conjuntamente para abordar desafíos medioambientales mundiales, fortaleciendo nuestra cooperación bilateral y también cooperando en los foros multilaterales pertinentes.

En un escenario de recuperación verde, esto debería ser global para ser efectivo. ¿Cómo se mantendrá el apoyo europeo a la economía circular en América Latina? ¿Qué papel jugarán los organismos de financiamiento?

Ningún país o región que actúe solo logrará la transformación mundial. Se trata de cooperar. En Europa tratamos de liderar con el ejemplo y trabajar con otros para promover una transición verde mundial como un elemento esencial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París. La UE utiliza sus herramientas diplomáticas y financieras para garantizar que las alianzas verdes sean parte de sus relaciones con África y otros países y regiones socios, incluida América Latina. También profundizaremos nuestras asociaciones internacionales y seguiremos facilitando nuestra experiencia y recursos financieros, además de fondos públicos y privados, como parte de nuestra significativa cooperación al desarrollo.

Los elementos climáticos serán fundamentales. La propuesta de la Comisión para un Instrumento de Vecindad, Desarrollo y Cooperación Internacional propone destinar un 25% de su presupuesto a objetivos vinculados con el clima. La Comisión también apoyará el compromiso asumido por recursos financieros públicos de los países para mejorar el clima de inversión y lograr el aporte del sector privado. Este trabajo deberá ir acompañado de oportunidades para reducir el riesgo de inversiones en desarrollo sostenible a través de herramientas como garantías de financiamiento y financiamiento combinado.

En áreas clave como la economía circular, la Comisión ha propuesto lanzar una Alianza Global por la Economía Circular para identificar brechas de conocimiento y gobernabilidad en el avance hacia una economía circular global y llevar a cabo iniciativas asociativas, incluso con las principales economías. Ahora estamos en proceso de elaborar con mayor detalle los objetivos y acciones de la alianza. En lo que respecta a sus miembros, estamos mirando a aquellos países que están interesados en promover en los foros multilaterales la transición mundial hacia una economía climáticamente neutra, eficiente en el uso de los recursos y circular. Chile podría ser uno de esos países.

Chile está trabajando en su hoja de ruta para la economía circular, un trabajo liderado por Eurochile y que está muy vinculado a la experiencia europea en esta área. ¿Qué tan importante es hoy este trabajo? ¿Dónde debería ponerse el énfasis?

Me alegra mucho escuchar eso porque yo encabecé la primera Misión de Economía Circular de la UE a Santiago de Chile en 2016. Desde entonces, ha habido varios intercambios técnicos y acciones de seguimiento para intensificar el intercambio de experiencias sobre economía circular, en línea con el Acuerdo de Cooperación Ambiental firmado en 2016, y mis servicios participaron en uno de los talleres para diseñar esta hoja de ruta. La regla de oro es asegurar que se aborde todo el ciclo de vida, desde el diseño y la fabricación hasta el uso y reciclaje. Si se descuida un elemento, el todo no puede funcionar. Se debe cerrar el círculo. Y, por supuesto, hay que generar apoyo dentro de la sociedad. No puede simplemente imponerse y esperar que todo salga bien. ¡La base de la circularidad es construir puentes! Tenemos muchas ganas de trabajar con Chile para promover la economía circular y profundizar la transición sostenible.

Finalmente, ¿es la economía circular el camino hacia un nuevo tipo de desarrollo? ¿Qué podría significar esto para Chile?

Promover una economía más circular se opone por completo al antiguo modelo lineal “tomar-producir-desechar”, que ya no es viable. Los beneficios de la circularidad derivan de retener mayor valor de los materiales, energía y productos en nuestras economías a través del análisis de todas las fases del ciclo de vida.

Esto implica muchas oportunidades para mejorar el bienestar de nuestros ciudadanos y desarrollar nuevos modelos de negocio, al mismo tiempo que se desacoplan estas actividades del uso de recursos naturales. La transición hacia una economía más circular, donde el valor de los productos, materiales y recursos se mantenga el mayor tiempo posible y se minimice la generación de desechos, es un aporte esencial para el desarrollo de una economía competitiva, sostenible, climáticamente neutra y eficiente en el uso de los recursos. Una economía circular ayuda a crear nuevas oportunidades de negocio a través de métodos de producción innovadores y más eficientes. Se crearán empleos locales para cualificaciones de todos los niveles, con oportunidades para la integración social.

Creo que la economía circular ofrece a países como Chile una gran oportunidad para seguir avanzando. En mi opinión, no hay otra alternativa. El futuro será circular. Si queremos responder con éxito a estos desafíos, no me cabe duda de que aquellos que avancen decididamente en esta dirección tendrá la ventaja del pionero. En esta área, Chile puede liderar los esfuerzos de América Latina. Eso solo puede traerle beneficios.

19 empresas e instituciones chilenas se suman a la plataforma virtual del Plant InterCluster Network

A menos de una semana de que se inicie este encuentro virtual, ya son 19 empresas e instituciones chilenas las que se han inscrito para participar en el evento cluster más importante en la industria de producción de plantas en Europa, que se llevará a cabo entre los días 22-26 de junio.

Representantes de la academia (Pontificia Universidad Católica y Universidad de la Frontera), del Consorcio de Viveros de Chile, la Camchal y el INIA, son algunas de las entidades chilenas que participarán de este importante encuentro de negocios.

Esta rueda virtual es una iniciativa de la Enterprise Europe Network (EEN) junto Vegepolys Valley, y la Fundación Empresarial Eurochile, único socio en Chile de esta red y co-organizador del evento, invita a sumarse a este encuentro que tiene como objetivo fomentar la innovación en la producción de plantas y crear una estrategia común para facilitar el desarrollo internacional de los grupos de plantas y sus miembros.

Plant InterCluster Network 2020 ofrece una diversidad actividades durante la semana a través de esta plataforma con el objetivo de mantenerse al día con las últimas convocatorias de propuestas europeas en los programas H2020, COSME; mostrar su know-how- experiencia- tecnología o producto; encontrar la tecnología adecuada- I + D y socios comerciales; compartir y promover sus proyectos e ideas; relacionarse con empresas regionales y mantenerse al día con los últimos avances en el campo de la mejora de cultivos

¿Cómo sumarse?

 Las inscripciones están abiertas hasta el 25 de junio 2020. Para registrarse y participar en esta plataforma, debe ingresar al siguiente link: https://picweek-2020.b2match.io/

Jesús Rojo, de madri+d: “La sostenibilidad va a ser el motor económico de la próxima década, el que quiera trabajar con la UE tendrá que focalizarse en un modelo económico verde”

La fundación española madri+d se define como un lugar para la educación, la ciencia y la innovación, como elementos clave de la competitividad y el bienestar de los ciudadanos. Y para avanzar en ese objetivo, lleva 16 años trabajando con la totalidad de las universidades y organismos públicos de investigación de la Comunidad de Madrid, así como con empresas y emprendedores de base tecnológica para contribuir a la articulación de un ecosistema innovador basado en el conocimiento eficiente e integrado en la Unión Europea.

Hoy, como gran parte de las entidades europeas, y del mundo, madri+d enfrenta el difícil trabajo de mantener sus operaciones en el escenario actual, y al mismo tiempo colaborar con el desafío de encontrar e implementar soluciones que ayuden al combate de la pandemia. Entre ellas, desde la plataforma internacional “Care & Industry together against CORONA, de la que también forma parte Fundación Empresarial Eurochile con el objetivo de incorporar a empresas, organizaciones y emprendimientos chilenos a una red internacional con base en la Unión Europea para esta tarea.

Para conocer cómo han enfrentado este escenario, y aprender de lo que ya se ha adelantado en esta materia en Europa, conversamos con Jesús Rojo González, jefe del Área de Transferencia de Tecnología y Programas Europeos de la Fundación para el Conocimiento madri+d, desde como lo han hecho para mantener sus operaciones hasta como se están abordando desafíos más globales y de mediano plazo.

¿Qué medidas han adoptado como organización para mantenerse en funcionamiento?

Varios días antes de que se declarara el Estado de Alarma en España, desde la Fundación para el Conocimiento madri+d ya se pusieron en marcha medidas para la implementación del teletrabajo en condiciones óptimas. En primer lugar, se dotó a todo el personal de un portátil plenamente funcional para poder conectarnos desde casa. Desde gerencia se han facilitado pantallas de ordenador y wifis portátiles a todo el personal que lo necesitara. Todo el personal de la Fundación tiene acceso a través de VPN a los servidores de trabajo. Como herramientas de teletrabajo, desde el primer momento se han habilitado perfiles profesionales de Microsoft Teams y Zoom para que se pudieran llevar a cabo todas las reuniones y actividades presenciales programadas, pero de una forma cómoda y virtual.

Gracias a esto, se ha podido seguir adelante con el plan de reuniones, comités de evaluación, plenos de seguimiento, programas formativos, ruedas de negocios, sin necesidad de hacer grandes modificaciones en las agendas.

¿Qué medidas se han adoptado para garantizar el bienestar de sus trabajadores?

Como hemos comentado, desde la gerencia y la dirección de la Fundación siempre se ha ido un paso por delante, facilitando en todo momento a aquellos trabajadores de más riesgo o que tuvieran más problemas para conciliar vida familiar y laboral en este periodo de pandemia, todos los medios y la flexibilidad necesarias para garantizar una salud óptima. Hace unas semanas se procedió a subvencionar el test de anticuerpos a todo el personal de la Fundación como medida de toma de decisiones para el plan de desescalada cuando se pueda volver a la oficina. Todo el equipo de la Fundación ha recibido una formación específica sobre riesgos laborales en relación con la COVID-19.

Además, semanalmente se organiza una videollamada grupal con todo el personal de madri+d donde se comparte la situación de cada uno, así como los avances y novedades desde la dirección de la Fundación. Esto hace que todo el personal se sienta totalmente respaldado y apoyado, y con contacto directo entre nosotros.

Actualmente la Fundación está trabajando para adaptar nuestras instalaciones a las nuevas medidas de seguridad decretadas por el Gobierno de España. Esto conlleva un esfuerzo personal y económico grande que desde madri+d se está asumiendo sin miramientos, ya que la prioridad es garantizar la salud de todos. Reorganización de espacios, nuevos filtros de aire, mamparas protectoras, disponibilidad de geles hidroalcohólicos en todos los puestos de trabajo, y la continuidad del teletrabajo, son solo algunas de las consideraciones que ya se están poniendo en marcha para garantizar una vuelta segura a la nueva normalidad.

¿Cómo han mantenido la relación con sus stakeholders y el avance de los proyectos que estaban desarrollando? ¿Siguen adelante con todos ellos?

Gracias a la implementación del teletrabajo y a las herramientas y medidas puestas en marcha por madri+d, nosotros hemos podido seguir adelante con nuestras labores con total normalidad. De hecho, hemos notado que gracias a la realización virtual de los eventos, en el caso de las ruedas de negocios, nuestros clientes madrileños están inscribiéndose en mayor medida a eventos internacionales. Cuando estos mismos eventos eran presenciales, muchas veces no conseguíamos la tracción necesaria para que nuestros clientes se desplazaran a la feria en cuestión, perdiendo oportunidades a la hora de reportar éxitos dentro de nuestras acciones. Ahora, gracias al ahorro en tiempo y dinero que supone la virtualización de conferencias y ruedas de negocios, en algunos proyectos estamos notando incluso mejoría en los resultados.

En relación a nuestros principales stakeholders, como pueden ser la Comunidad de Madrid, La Oficina Europea del Ministerio de Ciencia e Innovación o el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial del Ministerio de Industria, todos ellos han optado por el teletrabajo y por reagendar virtualmente los eventos que tenían previstos para los próximos meses. En muchos de ellos participamos dando ponencias como Fundación, bien desde la perspectiva del Punto Nacional de Contacto de las Acciones Marie Curie, o bien como coordinadores de la Red Enterprise Europe Network en Madrid.

A nivel Europeo, la tendencia ha sido la misma. Desde la Comisión Europea se han trasladado a formato virtual todas las acciones y reuniones programadas para todo el año 2020, e incluso se ha incrementado el número de webinars formativos. Todo esto hace que, en muchas de nuestras áreas de influencia, la carga de trabajo se haya incrementado notablemente como consecuencia de esta nueva situación.

¿A qué áreas se ha reorientado su trabajo en los últimos meses debido a la pandemia por el Covid-19, para apoyar el combate al virus?

Nuestras actividades centrales se mantienen constantes, abordando una gran variedad de temas como el medioambiente, la sostenibilidad, implementación de nuevos materiales, la investigación en defensa y espacio, energía, y por supuesto, salud. Es en este último campo donde, lógicamente, ha habido una mayor proliferación de nuevas iniciativas y donde, desde marzo, se han estado dedicando muchos recursos de la Fundación. En concreto, nos gustaría destacar dos iniciativas: el hackathon regional #vencealvirus, y  la plataforma internacional “Care&Industry together against Corona”, donde colaboramos con Chile, entre otros países.

El hackathon #vencealvirus, organizado por la Comunidad de Madrid, tuvo lugar los días 4 y 5 de abril y participaron más de 8.000 investigadores, empresarios, emprendedores y estudiantes, para generar nuevas ideas en la lucha contra el COVID-19. Centrados en tres retos principales (salud, comunidad y trabajo e industria), se presentaron más de 750 proyectos, de los cuales más de 240 pasaron la primera fase y 100 llegaron a segunda fase. Finalmente, se seleccionaron 20 proyectos ganadores a los que ya se les está dando apoyo desde la Fundación madri+d para que puedan empezar a funcionar en los próximos meses. Este hackathon es el inicio de la futura Plataforma de Innovación Abierta de la Comunidad de Madrid que se lanzará a inicios de 2021. El objetivo de la plataforma es generar un espacio donde se favorezca el libre intercambio de ideas y conocimientos integrando elementos muy diferentes del ecosistema innovador de la Comunidad de Madrid que puedan encontrar sinergias en base a desafíos compartidos, y donde se puedan plantear desafío que actúen como catalizadores de ideas, poniendo a trabajar distintos equipos de personas alrededor de objetivos comunes.

En relación a la plataforma internacional “Care & Industry together against CORONA” se trata de un espacio de intercambio con opción para mantener reuniones virtuales que estará abierto, de momento, hasta finales del año 2020. Tanto empresas como hospitales, residencias de ancianos u otros actores que estén involucrados en la crisis del COVID-19, pueden subir sus demandas u ofertas de servicios o productos a esta plataforma gratuita. Actualmente ya hay 1.574 oportunidades de colaboración provenientes de 727 participantes de 36 países diferentes. De la Comunidad de Madrid tenemos ya registrados y validados a 144 participantes. Desde la Fundación somos los coordinadores españoles de esta iniciativa y nos encontramos dentro del equipo de gestión a nivel internacional, directamente en contacto con la Comisión Europea para una gestión coordinada de las actividades.

¿Qué rol tendrá la I+D en este ámbito, y por qué es importante la colaboración entre todos los actores?

El gran activo de la Fundación madri+d es el trabajo en red, cooperando con todos los agentes del sistema regional de educación, ciencia, tecnología e innovación. En nuestro ADN está el contribuir al progreso y bienestar de los ciudadanos a través del fomento de estas cuatro disciplinas, por lo que para nosotros el rol de I+D+i es, ha sido y será el pilar principal para lograr superar las adversidades de esta crisis y prepararnos para las que vendrán a futuro. En la actual situación causada por el coronavirus se ha plasmado claramente que en aquellos países donde la I+D+i ya tenía un tejido fuerte, han sabido dar respuestas más rápidas y contundentes al virus. Además, tanto a nivel nacional como internacional, se están movilizando fondos extraordinarios para investigar directamente en COVID-19. La conclusión está clara: el mundo se enfrenta a una crisis sanitaria que ha derivado en una crisis a nivel social, económico, político, ambiental. Debemos fortalecer nuestros sistemas de I+D+i si queremos ser competitivos y salir pronto y con garantías de éxito en todas las dimensiones que están viéndose afectadas por la pandemia.

¿Cómo se está trabajando esto a nivel de Enterprise Europe Network?

Desde la Enterprise Europe Network el trabajo ha aumentado gracias a la virtualización de eventos, reuniones y conferencias. La posibilidad de mantener encuentros internacionales desde tu casa es algo que nosotros estamos viendo como positivo en todas las actividades internacionales que estamos co-organizando. Eventos como “Innovation in Environment & Energy & Circular Economy” donde la participación de Madrid no era relevante, en esta edición de 2020 que tuvo lugar a primeros de mayo, hemos contado con la presencia de más de 30 clientes. Y está siendo el denominador común en cualquier evento de cualquier temática. Además, a nivel interno de la red, las reuniones de los grupos sectoriales, que habitualmente se celebran dos veces al año, han aumentado su periodicidad, produciéndose una vez al mes en muchos casos.

En relación a nuestro programa formativo, se ha mantenido según lo agendado y no hemos tenido problemas en trasladar a versión virtual los seminarios que estaban programados en versión presencial.

La reflexión que nos viene a la cabeza es la capacidad de resiliencia tan grande que tiene una red como la Enterprise Europe Network, donde más de 4.000 personas de 65 países hemos sido capaces de adaptarnos de la noche a la mañana a una situación única, y mejorando los resultados esperados.

En Chile, Eurochile es el representante exclusivo de EEN para la región, y está convocando a distintas empresas y organizaciones a la campaña “Industria y Salud juntos contra el coronavirus” ¿Cómo ha operado esto en España, y cómo se ha trabajado en la selección de las empresas participantes en la red?

La plataforma internacional sobre coronavirus cuenta con un núcleo principal de trabajo a nivel español conformado por los miembros del grupo sectorial de salud de nuestro país: Universidad de Alicante en la Comunidad Valenciana y Murcia; Universidad de Navarra en la comunidad Foral de Navarra; FICYT en Asturias; Acciò en Cataluña y Parque Científico de Madrid y Fundación madri+d en nuestra región. A este grupo de trabajo se unen otros coorganizadores de Castilla y León, Cantabria, País Vasco y Extremadura. En la propia página web de la plataforma están publicados los términos de referencia a los que cualquier miembro de la EEN debe acudir para hacer la selección de sus empresas. Las dos cuestiones principales a tener en cuenta para que un perfil tenga éxito son que tenga una relación clara en cuanto a su trabajo con el COVID-19, y que en el Marketplace refleje un servicio, producto o colaboración específica con objetivos claros.

Para facilitar esta labor y dar soporte a todos los co-organizadores, que en la actualidad son más de 155, se ha creado el grupo de trabajo “Extra Eyes”, donde 9 de los organizadores más activos hacen un doble chequeo de la validez de los perfiles, para garantizar la máxima calidad de la información que aparece en la plataforma. La Fundación madri+d forma parte de este comité dando soporte a toda España así como a Italia, Portugal, Argentina y Chile.

¿Qué rol jugarán las pymes, el emprendimiento, en esta tarea?

La Enterprise Europe Network es la mayor red de apoyo a pymes con vocación internacional. Es cierto que estas pymes deben trabajar conjuntamente con el tejido más académico y de investigación si quieren llegar lejos, por eso desde Madrid siempre hemos ejercido de puente entre estos dos sectores. Claramente, por lo que estamos viendo en estos últimos meses, la agilidad y versatilidad de las pymes a la hora de proveer soluciones de forma rápida es admirable, lo cual puede marcar la diferencia de aquí en adelante. Además, iniciativas como el hackathon #vencealvirus han hecho salir a la luz a muchos emprendedores con soluciones reales directamente ligadas a solventar problemas derivados del coronavirus, que de otra forma hubieran quedado ocultos. El apoyo en forma de financiación y servicios a estos emprendedores y a estas pymes es fundamental en un país como España, donde el 98% del tejido industrial está conformado por pequeñas y medianas empresas. Es cierto que no debemos olvidar que la actual situación de bloqueo ha hecho que muchas de estas pymes estén ahora mismo enfrentando problemas graves de subsistencia, para los cuales se necesitan medidas de apoyo a nivel nacional para que puedan volver a hacer de la I+D+i una prioridad.

¿Cómo ve el escenario una vez que termine la crisis sanitaria, y comience la recuperación económica?

Esta crisis sanitaria ha puesto de manifiesto otras crisis subyacentes como la crisis medioambiental, económica, social. Hay luces y sombras en todas estas cuestiones ya que, una vez que hayamos podido controlar la pandemia, hecho que está aún en un horizonte lejano, tendremos que ver si a nivel individual, a nivel de sociedad y a nivel de políticas, hemos aprendido algo de toda esta situación.

En relación a la crisis medioambiental, claramente el planeta está mejor sin nosotros. Es decir, no podemos volver a la forma de consumir, de viajar, de explotar los recursos que veníamos ejerciendo antes del COVID. La sostenibilidad va a ser el motor económico de la próxima década, así lo ha dejado patente la presidenta de la Comisión Europea Úrsula von der Leyen, cuando aprobó a principios de 2020 el Pacto Verde Europeo. Los Estados Miembros y todo aquel que quiera trabajar con la UE va a tener que focalizar en un modelo económico verde y sostenible. Esta es la principal diferencia con políticas anteriores, en las que sólo se hablaba de mitigación de efectos del cambio climático. Ahora hablamos de un crecimiento verde, a nivel económico y social.

Siguiendo con estas crisis enmascaradas, la vuelta a la normalidad pondrá de manifiesto una sociedad diferente. Hemos comprobado en primera persona las bondades del teletrabajo a nivel de conciliación y a nivel de ahorro económico y ambiental. Será cuestión de tiempo que las empresas empiecen a optar por un modelo mixto entre trabajo presencial y teletrabajo, que lleve a una situación más sostenible a nivel económico y personal para todas las instituciones y trabajadores, así como a racionalizar el gasto y priorizar mejor.

Por último, todo esto no es posible sin una política que aprenda y apoye aquellas conclusiones que han salido de la época de confinamiento. El tener a la Comisión Europea enfocada en un cambio real de modelo productivo es algo que repercutirá a nivel de las economías nacionales, y que esperemos que sirva para generar marcos estratégicos donde podamos estar preparados para dar una respuesta firme a todas las futuras crisis que vendrán.

Linnet Solway: “Hay iniciativas en marcha, pero falta un ecosistema que reúna a todos los actores de la economía circular”

Tras tres reuniones y poco más de un mes de funcionamiento, el Comité Estratégico de 32 empresas, ministerios, expertos y academia -entre otros- que está apoyando la creación de una Hoja de Ruta para la economía circular en Chile empieza a generar ya de forma más concreta en la primeras líneas de trabajo, tras un primer informe de diagnóstico elaborado por Eurochile, quien lidera esta labor en conjunto con el Ministerio del Medio Ambiente.

Linnet Solway, directora del Área Transferencia Tecnológica y Economía Circular de Eurochile, explica que si bien este reporte muestra que en Chile existen varias iniciativas y proyectos en marcha para avanzar en la implementación de una economía circular, éstas aún se están desarrollando de forma aislada.

Por esto, agrega, “hace falta generar un ecosistema de economía circular que reúna a todos los actores de la transformación y promueva la colaboración. Además, hace falta una visión y una estrategia que de una dirección clara para la adopción de una economía circular en el país. Y eso es lo que busca generar la Hoja de Ruta”.

Esto cobra hoy mayor importancia, afirma Linnet Solway, porque aunque antes de la pandemia ya se identificaba la necesidad de avanzar hacia modelos de producción y consumo más sostenibles, “hoy con la crisis económica y social se evidencia aún más la necesidad de hacerlo velando por una transición para todos y con todos”.

El estudio muestra una serie de brechas a superar para su implementación. ¿Cuáles crees que aparecen como más relevantes, y las que hay que priorizar?

Una de las brechas prioritarias es rediseñar el sistema de gestión de residuos, ya que hoy día por su estructura, de costos sobre todo, no permite que estrategias prioritarias en una economía circular, como la reparación y el reciclaje, sean competitivas. La educación también es un aspecto clave, para que la economía circular se entienda como un modelo que va mucho más allá del reciclaje y que incluye la adopción de nuevas tecnologías, repensar los diseños y procesos e implementar nuevos modelos de negocios. Otra brecha importante es la colaboración, sobre todo entre empresas, para abordar desafíos sectoriales o precompetitivos, y para establecer simbiosis industrial y así hacer un uso más eficiente de los recursos. Otro aspecto que se debe abordar es la necesidad de tomar en cuenta las realidades territoriales en el país para la implementación de estrategias adecuadas a las condiciones locales.

¿Cómo se va a trabajar este diagnóstico inicial en el Comité Estratégico, cuáles son los primeros temas que están surgiendo en la discusión?

 

Se presentó una visión de conjunto del diagnostico en una reunión con el Comité Estratégico y se les mandó el documento para su revisión y comentarios. En general, se destacó la necesidad de profundizar ciertos aspectos, como trabajar métricas para medir la circularidad en la industria; incorporar brechas de la oferta y demanda para productos circulares, y también incentivos; la obligatoriedad de utilizar materia prima reciclada; enfoque en la población no solo como consumidor, sino también como foco de educación; e incluir una visión humana orientada a un comportamiento ético como sociedad.

¿Cuáles son las modificaciones normativas a las que se le debiera dar prioridad para ayudar al impulso de la economía circular?

Es necesario reformar el sistema de gestión de residuos actual, y también se ha destacado la falta de una normativa para organizar los esfuerzos que apuntan a la economía circular desde todos los sectores.

¿Cómo se va a desarrollar este trabajo, y qué aspectos fundamentales contendrá esta hoja de ruta, en el sentido de encaminar la adopción de la economía circular en las empresas -pequeñas, medianas y grandes- del país?

El trabajo se va a realizar muy de la mano con el Ministerio de Medio Ambiente y otras instituciones como la Agencia de Sustentabilidad y Cambio climático y la Corfo. Además, va a involucrar a actores claves de los sectores público y privado: varios ministerios, municipalidades, asociaciones gremiales e industriales, ong’s y organizaciones representando a la sociedad civil. Nosotros vamos a acompañar, guiar y coordinar el desarrollo de un trabajo de co-creación de la hoja de ruta, a través de varias actividades participativas, reuniones, talleres, mesas de trabajo, con el objetivo de que el final de la consultoría sea en realidad el inicio del trabajo para la transición a la economía circular, y que cada actor tome la hoja de ruta como punto de partida y empiece a implementar las estrategias propuestas. Por eso es tan importante la participación del sector empresarial, ellos necesitan empoderarse del roadmap para darle la continuidad que requiere.

¿Qué puede aportar Eurochile a la discusión que se va a generar en estas mesas de trabajo, y qué puede aprender de este proceso?

Eurochile puede aportar con su amplia experiencia en las vinculaciones público-privadas y generación de redes, ya que es una de las brechas importantes que se destaca muchas veces al hablar de economía circular: la falta de colaboración y trabajo en redes. Además, por su vínculo y redes con Europa, Eurochile puede aportar conocimiento, experiencias, y casos de éxito. Parte de la misión y visión de la fundación es aportar al desarrollo productivo sustentable de Chile. Vemos que la hoja de ruta es una oportunidad tremenda para potenciar ese cambio. Se enmarca en un contexto bien específico hoy, con un Chile que está pasando por varias crisis, una social y una sanitaria y humana, que están visibilizando las fallas en nuestro sistema. La Hoja de Ruta para la Economía Circular de hoy no es la misma que se hubiese elaborada hace un año, tiene el potencial y la capacidad de ser parte de la respuesta a las crisis que estamos viviendo. Queremos utilizar las instancias de este proyecto para ayudar a los stakeholders a proyectarse a un Chile del futuro y visualizar las herramientas necesarias para dar respuesta a las crisis y generar capital social, ambiental y económico para todos, con todos.

La creación de la hoja de ruta va a ayudar a formalizar el ecosistema de la economía circular, algo en lo que Eurochile viene trabajando hace tiempo. ¿Qué avances han tenido en este sentido, en Chile y en la región?

Desde la misión de economía circular organizada por Eurochile y la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea a Chile en 2016, se ha empezado a generar una red de empresas interesadas en los conceptos de economía circular. En 2018 y 2019, con el PDT de economía circular que ejecutó Eurochile, primer proyecto de Economía Circular financiado por Corfo, se instalaron capacidades y conocimientos relacionados con economía circular en varias pymes chilenas. Dándole continuidad a ese trabajo, se formó el grupo de trabajo de economía circular conformado mayoritariamente de pymes comprometidas con la adopción de modelos de economía circular. A nivel institucional, también se generaron y apoyaron varias iniciativas para vincular instituciones chilenas con europeas.  Además, a través de las varias actividades que Eurochile ha realizado en el país y fuera de él, se ha seguido con la difusión del modelo circular para invitar a cada vez más empresas e instituciones a sumarse a esta transición y armar un ecosistema de EC.

¿Se va a integrar la economía circular a todos los proyectos y áreas de trabajo de Eurochile en el futuro?

Sí, por supuesto. Buscamos que la EC sea una línea de acción transversal que se integre en todos los proyectos que se generan y ejecutan, y en las actividades internas y externas de la fundación. Tenemos que ver la economía circular no como un aspecto más que hay que abordar en los proyectos, sino que como uno de los pilares sobre el cual desarrollamos el proyecto, junto con temas de asociatividad y cooperación con Europa. Así lo estamos trabajando hoy tanto en nuestros proyectos en ejecución, como en los proyectos que tenemos en cartera.

¿Qué importancia tiene en esto la transferencia tecnológica con Europa que ustedes pueden facilitar? ¿Se va a intensificar esta cooperación?

Sin duda muchas de las tecnologías bajas en carbono que existen hoy se han desarrollado en Europa, quienes están claramente a la vanguardia en ese ámbito. Por lo tanto, para las empresas chilenas y de la región que quieren transitar hacia la economía circular y la descarbonización, hay una oportunidad de transferencia de tecnología y de conocimiento desde Europa a América Latina. La Comisión Europea está impulsando y financiando varios proyectos para fomentar esa transferencia. Corfo también tiene varios instrumentos – centros tecnológicos, eureka, becas para pasantías – que fomenten la transferencia de conocimientos, sobre todo, desde Europa a Chile.

En Eurochile siempre se ha señalado que en esta transformación la empresa juega un rol fundamental, que esto tiene que ser una transformación empresarial. ¿Cómo se puede acelerar este cambio en las empresas?

El sector empresarial es un sector dinámico, que se puede mover rápido y que tiene alta capacidad de transformación e innovación, y por lo tanto sin duda la empresa juega un rol fundamental en la transición hacia una economía circular. Para acelerar este cambio, el Estado debe jugar un rol importante, mediante el desarrollo de normativas y regulaciones que fomenten la instalación de buenas prácticas y modelos sustentables dentro de las empresas. A través de incentivos e impuestos, el estado puede orientar las tomas de decisiones dentro de la empresa. Además, necesita entregar claridad respecto de lo que se viene para que las empresas se atrevan a invertir en tecnología, capacitación, I+D e innovación. Una vez que el marco normativo da una dirección clara al sector empresarial, lo más probable es que se produzca un cambio rápido y radical del sistema productivo. Ya hay empresas grandes y pequeñas pioneras en la implementación de la economía circular, y éstas van a poner presión al sistema en general una vez que las reglas del juego estén claras para todos.

Más allá de la hoja de ruta, ¿cuáles son las principales actividades que tendrá este año Eurochile en materia de Economía Circular?

Además de la Hoja de Ruta para la Economía Circular, estamos trabajando con el grupo de trabajo de economía circular, el cual queremos fortalecer y hacer crecer este año. También estamos trabajando en iniciativas para desarrollar una red de partes interesadas de la economía circular, a nivel de Chile y también -eventualmente- a nivel latinoamericano, para crear un ecosistema de actores para una economía circular. Y este año, si la situación mundial lo permite, también organizaremos un encuentro de economía circular donde tendremos conferencias, talleres y rondas empresariales para seguir impulsando la transición a una economía circular y fomentar el desarrollo de redes y colaboraciones entre los actores de esta transición.

 

Prepararse para un nuevo turismo

Columna de opinión de Marilú Mansilla, Asistente Técnico de Proyectos de Eurochile.

Durante el primer semestre del año 2020 la vida humana se ha visto, en sus distintos ámbitos, fuertemente afectada por la pandemia del Coronavirus (Covid – 19). En el ámbito económico, el sector Turismo ha sido uno de los sectores económicos más golpeados, y las empresas del sector ven amenazada su existencia por la baja casi total de sus ingresos, dada la cancelación de reservas y la caída del turismo tanto nacional como internacional. Esta crisis sanitaria nos demuestra que el Turismo en el futuro ya no será el mismo, que el mercado cambió, y que las necesidades y exigencias  del turista han cambiado.

Se estima que un tercio de la población mundial ha estado o se encuentra en alguna etapa de confinamiento por el virus, población que, a pesar de la recesión económica o del miedo, querrá salir a tomar nuevos aires, retomar energías o, por lo menos, salir un fin de semana fuera del lugar donde han estado por tanto tiempo confinados. En este sentido, esto es una gran oportunidad para desarrollar el turismo interno, los destinos cercanos, para turismo de proximidad y para potenciar la economía local, dado que los turistas van a preferir lugares cercanos a su lugar de residencia y querrán evitar grandes aglomeraciones.

Para ello, las empresas deberán tomar medidas sanitarias nuevas. Como se mencionó antes, el mercado cambió, los alojamientos y restaurantes deberán buscar formas de garantizar la seguridad y sanidad de sus recintos, se preferirá mayormente el transporte privado y a proveedores turísticos que tengan planes de emergencia y protocolos debidamente implementados. Las aerolíneas deberán tomar medidas de sanidad extras. Ante estos cambios en el mercado, las Pymes Chilenas necesitarán apoyo para implementar e interiorizar estas nuevas medidas o formas de trabajo en sus modelos de negocios, los cuales deberán modificar y adaptar. Además de incorporar un componente digital muy fuerte.

Ante esta situación, Europa va una temporada más adelante y lleva más tiempo gestionando la crisis del Covid-19 y preparándose para mitigar su impacto. El hecho de que ya se estén preparando para la reactivación del turismo en el verano Europeo (julio – agosto) es una gran oportunidad para observar, adaptar e implementar en Chile protocolos, planes, iniciativas y medidas que aporten a la reactivación del sector turismo. En este sentido, las redes con que cuenta la Fundación Empresarial Eurochile y sus 28 años de experiencia la convierten en un actor clave en el trabajo por retomar la senda del desarrollo del sector turismo en el país.

Esta no es la primera crisis a nivel mundial que sufre la industria turística en este siglo; la crisis del año 2008 golpeo fuerte a la industria, pero el turismo resurgió potenciado como una de las industrias con crecimiento exponencial. Eurochile ya en esa fecha ejercía un rol activo de apoyo y contribución en la mejora de la competitividad y productividad del sector, concretando proyectos tan importantes como la implementación del “Modelo de Gestión Integral de Destinos”, actuando como puente entre Europa y Chile transfiriendo conocimientos, buenas prácticas, innovaciones, tendencias, etc. en pos del apoyo constante a la industria turística.

Tenemos mucho trabajo por delante y la reactivación del turismo será lenta y bajo medidas sanitarias nuevas, bajo contextos de distanciamiento social, y un turista con menor capacidad de gasto. Es el nuevo turismo, que llegó de golpe a una industria que debe constantemente reinventarse para poder encantar a los turistas, pero que ahora por sobre todo deberá entregarles seguridad.

Diagnóstico para hoja de ruta identifica brechas, oportunidades y desafíos para establecer la economía circular en Chile

Hace un mes, el Ministerio del Medio Ambiente inició formalmente el trabajo para elaborar una hoja de ruta que guíe el camino a la instalación de la economía circular en Chile, con la primera reunión de los miembros del Comité Estratégico que ayudará a fijar los lineamientos y medidas específicas para ello. Se trata de un grupo compuesto por 25 representantes de la industria, la academia, organizaciones ciudadanas, organismos públicos y expertos en la materia, a los que se suman representantes de siete ministerios.

El trabajo está avanzando, y ya hay cinco grandes objetivos trazados: conectar a los actores clave para el desarrollo de la economía circular en el país; imaginar cómo se verá el “Chile Circular” del futuro, al año 2040;  consensuar los grandes cambios que deben tener lugar para lograr esta visión; diseñar la estrategia y el plan de acción para ello, y relevar el tema de la economía circular en el país.

Las metas de la hoja de ruta, en tanto, se estructuraron en cuatro ejes, que son la obtención de materias primas, producción, consumo y servicios, y gestión de residuos. Y al mismo tiempo, ya hay un primer objetivo sobre la mesa por parte del ministerio, y es lograr que al año 2040 el 10% de residuos domiciliarios -como máximo- sean enviados a un relleno sanitario, frente al 96% que se registra en la actualidad y que tiene a Chile en el penúltimo lugar de la OCDE en esta materia, solo detrás de Turquía.

Según una encuesta reciente elaborada por Fundación Eurochile -entidad que lidera el trabajo de elaboración de la hoja de ruta- a más de 3.400 personas, un 75% de ellas declara separar y reciclar sus residuos, y principalmente lo hacen con botellas plásticas, vidrios, cartón y papel, latas y envases de cartón para bebidas. Además, un 66% se mostró dispuesto a arrendar -en vez de comprar- productos como maquinarias menores, autos, lavadoras o teléfonos, mientras que casi un 90% de ellos afirma que la capacidad de reutilización es relevante al momento de elegir un producto.

A simple vista, parecen cifras auspiciosas para la instalación de la economía circular en Chile. Más aún, un 74% de ellos piensa que sus decisiones de compra influyen en los productos que se ofrecen en el mercado, el 62% sabe lo que es la economía circular, y el 92% dice que es probable que compre un producto o servicio que sea amigable con el medio ambiente. Sin embargo, solo un 10% de las personas encuestadas estaría dispuesta a pagar más por un producto hecho con materiales reciclados o componentes reutilizados, y más de 40% dice que la información de reutilizabilidad de un producto es de difícil acceso.

¿Cuáles son hoy las brechas, oportunidades y desafíos que existen para la implementación de la economía circular en Chile? En la segunda reunión del Comité Estratégico de la hoja de ruta, realizada la semana pasada, Fundación Eurochile presentó a la mesa un informe de diagnóstico donde se presentaron los principales avances del país en esta materia.

Según señala el documento, “la economía circular plantea un cambio sistemático radical, despidiéndose de modelos de producción lineales y apuntando a mantener el valor de los recursos, materiales y productos por el mayor tiempo posible y eliminar el concepto de residuo a través del ecodiseño, reparación y remanufactura de productos, recirculación y/o reciclaje de materiales, entre otros, valorizando la innovación y promoviendo el desarrollo de nuevos modelos de negocio”.

Un cambio, agrega, para el que la crisis sanitaria y económica provocada por el Covid-19 “establece un nuevo contexto y precedentes que nos presentan la oportunidad de proponer el modelo circular como una de las soluciones a la crisis social, económica y climática, dejándonos con la tarea y el desafío de establecer, a través de la hoja de ruta, una visión de futuro atractiva con lineamientos y acciones claras que permitan poner en marcha una transformación profunda de la economía chilena, alineada con los conceptos de la economía circular”.

Capacidades e infraestructura en el país

Y para ello, señala el diagnóstico, a nivel de capacidades e infraestructura existentes para la adopción de la economía circular en el país ya existe un número importante acciones que están ayudando en este avance, como la Estrategia de Crecimiento Verde del Ministerio del Medio Ambiente, la Estrategia Nacional de Electromovilidad (MMA, Energía, Transportes), los instrumentos de fomento de Corfo orientados a impulsar una economía más sustentable, el fuerte impulso a las energías renovables en el sector energético, y la nuevas tendencias de mercado en el retail que marcan la entrada de la segunda mano o el arriendo para varios productos.

Sin embargo, también existen brechas importantes. Por ejemplo, el desarrollo de instrumentos económicos que apoyen el reciclaje inclusivo, y la disposición de infraestructura y maquinaria, son áreas que requieren ser fortalecidas para aumentar la capacidad de acopio y entregar un material de mayor valor. “La ausencia de estas medidas imposibilita la implementación de la economía circular”, plantea el informe.

En cuanto a la existencia de proyectos colaborativos en ciencia, tecnología e innovación, se identifican numerosas iniciativas que demuestran el interés que existe en el país por desarrollar ideas innovadoras que resulten en prototipos más circulares y tecnologías limpias, así como plataformas que aportan en la transición a una economía circular, como el Centro de Desarrollo Tecnológico de Economía Circular que se está levantando en el norte del país. A esto se suman, por ejemplo, 20 Fab Labs a lo largo del país -13 de ellos en la Región Metropolitana, espacios de creación e innovación que pueden apoyar el desarrollo de prototipos ecodiseñados y otras iniciativas relacionadas con la economía circular.
En cuanto a la infraestructura física para el reciclaje y valorización en el país, se toma como base un estudio realizado por el Ministerio del Medio Ambiente que identifica la existencia de 7.186 puntos verdes, 98 puntos limpios y 54 empresas valorizadoras de residuos -la mayoría concentrada en Santiago-, además de 216 centros de acopio.

El capital humano también tendrá un rol importante en esta transformación, y deberá comprender y tener conocimientos sobre ecodiseño, valorización de materiales y modelos de negocio asociados al reuso y remanufactura, entre otros. Para implementarla, señala el informe, “este capital humano debe estar inserto en los distintos sectores productivos”.

Si bien en Chile existen variados centros de generación y capacitación de capital humano en esta materia, dice el documento, “en algunas áreas de la economía circular no existe suficiente conocimiento previo de ‘cómo hacer las cosas’, por lo que se da que hay bastantes profesionales que han desarrollado un interés en temas circulares y que han desarrollado capacidades por cuenta propia, o dentro de la organización en que se desempeñan, a través de la prueba y el error”.

“En general -agrega- si bien hay algunos esfuerzos por actualizar los currículos en las universidades y otros centros de educación superior, y ofrecer cursos de posgrado y diplomados en economía circular, en algunas de las entrevistas se calificó a la academia como el sector más rezagado en Chile respecto de la adopción de la economía circular”.

Aún así, plantea, ya existe un número importante de casos exitosos de economía circular en Chile, que pueden tener un efecto demostrativo para impulsar otros proyectos similares. Uno de los más citados en las entrevistas realizadas para el informe de diagnóstico fue el proyecto “Atando cabos” de Comberplast, así como la biofactoría de Aguas Andinas –“es un ejemplo de cómo una empresa grande y tradicional puede innovar y repensar su modelo de negocio”-, Ecocarga como ejemplo de una iniciativa que se atrevió a romper esquemas, el rol de TriCiclos en la promoción y difusión de la economía circular, y el proyecto F4F por sub alto nivel de innovación.

Principales brechas existentes

El informe también realiza un levantamiento de las brechas existentes en el país para la implementación de la economía circular, aunque hace hincapié en que se trata aún de un concepto nuevo -incluso a nivel global-, por lo que su comprensión e incorporación es aún incipiente.

No obstante ello, señala, en materia de capital humano “la falta de competencias y conocimiento en temáticas de la economía circular es transversal a todos los rubros productivos analizados en este estudio, ya sea desde la definición de sus estrategias productivas hasta los modelos de negocio adoptados”, por lo que se visualiza desde ya como una materia prioritaria de abordar.

Lo mismo ocurre con las tecnologías genéricas necesarias para la adopción de la economía circular, entre ellas las tecnologías y procesos de separación de residuos y reciclaje, de remanufactura o de reparación, nuevas tecnologías de materiales y tecnologías 4.0, entre otras. “Su manejo -dice el informe-, así como también su transmisión a los trabajadores de la empresa o sector, es clave para avanzar en la implementación de conceptos de economía circular en el ramo industrial”.

Aquí, sin embargo, aparecen algunos problemas estructurales. El primero es que el proceso de desindustrialización que tuvo Chile a fines de los 70 fue un freno para la instalación de esas tecnologías genéricas en el país, por lo que se considera necesario volver a instalar esas capacidades técnicas y tecnológicas.

“Si bien varias de estas tecnologías existen a nivel mundial, incluso en Chile, falta su adopción sistemática en las empresas del país -grandes y pymes-, brecha que es necesaria abordar y que implica cambios culturales y de estrategia económica que Chile debe enfrentar a largo plazo”, afirma el reporte.

El problema es que esto ha llevado a una falta de industrias nacionales y a un alto nivel de importación de productos de consumo e insumos para sectores primarios, a la vez que existe una carencia de simbiosis industrial que permita un uso eficiente de materias primas, insumos, líneas de energía y logística. Según señala uno de los expertos consultados para este informe, en Chile “se dificulta convertir los residuos reciclados en insumos para procesos productivos, pues sucede que a veces no hay quien transforme, repare o adapte. Esto a causa de la destrucción de la industria nacional por la apertura de mercado internacional, que ha tenido muchos beneficios pero también cosas negativas”.

Esto tiene además un segundo efecto, que redunda en brechas de acceso a mercado. Cómo el país importa muchos productos desarrollados bajo un modelo lineal, existe una oferta de productos a bajos precios que limita la competencia de productos locales eventualmente más sustentables. Además, como en nuestra economía muchas de las empresas chilenas representan solo una parte de la cadena, y existen muy pocos productos cuyo ciclo completo se haga en Chile, es muy difícil hacerlos circulares si parte de los procesos se realizan en otros continentes.

A ello se suman una serie de brechas normativas y de estandarización, de financiamiento y de infraestructura ya conocidas, a lo que se suma también una brecha cultural para la implementación de la economía circular. “Un aspecto crítico que fue mencionado por muchos de los entrevistados es la falta de confianza en procesos de articulación y colaboración, tanto en el sector público como en el sector privado, donde las empresas trabajan en forma aislada: no hay clusters ni otros mecanismos de colaboración entre empresas para abordar desafíos precompetitivos o sectoriales”, señala el informe.

Oportunidades para instalar la economía circular en Chile

Según la Fundación Ellen MacArthur, la transición hacia una economía circular en Europa podría aumentar la eficiencia de recursos en un 3% para 2030, generando ahorros por 600 millones de euros y otros 1,8 billones en beneficios económicos. Y en América Latina y el Caribe, la CEPAL afirma que podría generar 4,8 millones de empleos netos en 2030.

Por ello, en el sector empresarial se identifican oportunidades que surgen de las tendencias en los mercados internacionales, y empresas multinacionales instaladas en el país ya están estableciendo requerimientos en esta materia para sus filiales chilenas.

A nivel de mercados, una de las iniciativas que se mira con mayor atención es el Pacto Verde europeo, “que es a la vez un riesgo y una oportunidad para Chile”, señala el informe. “Si el país logra sumarse de forma temprana a la propuesta de la Unión Europea, de generar un acuerdo internacional sobre la gestión de recursos naturales, puede posicionarse como un aliado comercial estratégico de la UE”.

Esto porque, entre otras cosas, dicho pacto propondrá a través de una “regulación verde” un mecanismo de ajuste o impuesto de carbono en frontera para sectores específicos, para que el precio de las importaciones refleje con más precisión su contenido de carbono. “Si Chile tiene la capacidad de adaptar sus procesos para cumplir con esos nuevos requerimientos, se abre un mercado europeo con alto potencial para los sectores de la industria chilena que más exportan a Europa: minero, forestal, vitivinícola, agrícola, pesquero y químico”, señala el documento.

A nivel de procesos productivos, en tanto, se plantea que “una oportunidad interesante de mencionar nace paradójicamente de la economía extractiva en la que Chile basa su desarrollo, y esta es la especialización basada en recursos naturales como preparación para la inserción exitosa en lo que podría ser la próxima revolución tecnológica, probablemente basada en las ciencias de la vida y de materiales, donde la economía circular sea el sistema coordinador”.

Y en cuanto a nuevos bienes y servicios, plantea el documento, al tener una gran variedad de recursos naturales -renovables y no renovables-, Chile tiene la oportunidad de innovar en el desarrollo de materiales y productos, tanto del ciclo técnico como biológico. Por ejemplo, ecomateriales sostenibles a partir de la madera y otros recursos naturales renovables.

“Además, estos nuevos modelos de negocio en general están asociados a productos y servicios más ‘a la medida’, adaptados a las especificidades y necesidades de la región y ecosistema donde se desarrollan, fomentando así el desarrollo de las economías locales, aumentando la resiliencia de esos territorios y generando empleos”, agrega.

En definitiva, si bien el informe de diagnóstico elaborado por la Fundación Eurochile afirma que existen aún muchas brechas por superar para la adopción de la economía circular en Chile, donde “un aspecto crítico es la falta de concientización de la existencia del amplio alcance de esta, que va más allá de la gestión de residuos y el reciclaje”, también afirma que una oportunidad que se vislumbra como clave para contrarrestar este escenario “es el interés que hoy en día existe, tanto en el sector público como el privado, y el gran poder de convocatoria que tiene la economía circular”.

Además, plantea, se suma la oportunidad que entrega la crisis climática y una crisis social y económica a causa de la pandemia por el coronavirus “que se proyecta profunda, dejando de manifiesto que se necesitan modelos robustos, resilientes e inclusivos, configurándose la economía circular como un modelo para alcanzar esa robustez”.

“Estas crisis -concluye en informe- han permitido demostrar la rapidez con la cual los gobiernos pueden adaptar sus políticas, y el sector empresarial transformarse y reinventarse cuando los objetivos están claros. Ese es el propósito de esta hoja de ruta, el de entregar objetivos y una dirección clara para los próximos 20 años, para permitir una transición efectiva a la economía circular que, sin duda, es una herramienta crítica para enfrentar los desafíos económicos, sociales y ambientales de la crisis climática”.

Ministra del Medio Ambiente: “Confiamos en que la experiencia de Eurochile sea un aporte en el desarrollo de la Hoja de Ruta para la Economía Circular”

El pasado 6 de mayo, el Ministerio del Medio Ambiente dio inicio formal al trabajo del Comité Estratégico para la elaboración de la Hoja de Ruta de Economía Circular, iniciativa que es liderada por Fundación Empresarial Eurochile y que tiene por objetivo la implementación de esta tendencia global en el país de aquí al año 2040.

Hoy, ante el nuevo escenario, la economía circular es vista también como una oportunidad -y una herramienta clave- para una recuperación sostenible a la crisis causada por la pandemia del coronavirus, a través de un cambio en la forma de producir y consumir muchos de los productos de alta demanda para avanzar hacia un desarrollo sostenible del país, acompañado de la generación de nuevos empleos “verdes”.

En entrevista con Eurochile, la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, conversa sobre cómo se implementará este cambio de paradigma, las ambiciosas metas que están sobre la mesa, los impactos esperados y el rol que tendrá la Fundación en esta transición desde una economía lineal a una economía circular.

¿Cuál es el principal objetivo del ministerio al iniciar el proceso para elaborar la Hoja de Ruta para la Economía Circular en Chile?

La transición de una economía lineal a otra circular significa un cambio de paradigma, y requiere de una transformación enorme en nuestras formas de producir y también de consumir. Es por eso que decidimos liderar la construcción de una hoja de ruta, invitando a un grupo transversal de organizaciones que nos ayuden a definir metas y objetivos concretos para hacer de Chile un país circular. De esta manera, la Hoja de Ruta tiene cinco grandes objetivos. Primero, conectar a los actores clave para el desarrollo de la economía circular en el país; imaginar cómo se verá el “Chile Circular” del futuro, al año 2040;  consensuar los grandes cambios que deben tener lugar para lograr esta visión; diseñar la estrategia y el plan de acción que nos llevará a este “Chile Circular” y, finalmente, relevar el tema de la economía circular en el país.

¿Cuál será el rol que la economía circular tendrá, a su juicio, en el desarrollo futuro del país y, en particular, en los escenarios que se abren tras el impacto de la pandemia en Chile?

Promover e impulsar la economía circular será una de las mejores vías para asegurarnos de que la reactivación económica, superada la crisis sanitaria del coronavirus, sea verde y sustentable. Luego de la pandemia, los países necesitarán crecer, pero debemos hacerlo a través de este nuevo paradigma, transformando nuestras maneras de producir y consumir, lo que traerá como consecuencia la generación de más empleos verdes.

¿Por qué es importante sumarse hoy a esta  tendencia, que aún no está consolidada a nivel global y que recién se empieza a implementar en Europa, por ejemplo?

Instalar la economía circular es una necesidad para el mundo, dado que este enfoque permite disminuir la extracción de recursos naturales, ahorros de energía y la reducción de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático. En Chile hemos dado pasos importantes como, por ejemplo, la ley que prohibió la entrega de bolsas plásticas en el comercio y la implementación de la ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP) que nos permitirá dar un salto en materia de valorización de residuos, que nos pondrá a la par de países desarrollados. Pero, sin duda, el inicio de la Hoja de Ruta de Economía Circular, que desarrollaremos junto a todos los actores, generará una visión compartida de cómo se ve ese Chile circular en el 2040, y nos permitirá generar un plan de acción concreto que trascienda periodos de gobierno.

Recientemente se convocó a una serie de actores de distintas áreas del país para colaborar en la elaboración de esta Hoja de Ruta. ¿Cuál será su rol?¿Qué rol tendrán las empresas, la academia, las ongs, la ciudadanía, en el desarrollo de este trabajo?

El proceso de elaboración de la hoja, que se divide en las fases de diagnóstico, definición de la visión, diseño de la hoja de ruta, y difusión, es liderado por un Comité Ejecutivo en el que participan representantes del Ministerio del Medio Ambiente, el Ministerio de Economía, CORFO y la ASCC, con el apoyo del Consensus Building Institute (CBI) y la Fundación Eurochile.

Además del Comité Ejecutivo, la gobernanza del proceso contempla la participación de un Comité Estratégico y un Comité Asesor Internacional. La labor del Comité Estratégico se centrará en las fases de definición de la visión y diseño de la hoja de ruta, participando activamente en los talleres que se realizarán en estas fases, y sirviendo en el rol de validación de los resultados que se obtengan. El rol del Comité Asesor Internacional será de carácter consultivo. También participarán del proceso expertos en distintas temáticas a tratar, representantes de regiones, y la ciudadanía.

Se parte con una meta ambiciosa: que al año 2040 sólo un 10% de los residuos llegue a relleno sanitario. Es la misma meta que hoy se está poniendo Europa. ¿Es realmente factible de alcanzar, cómo?

En materia de gestión de residuos, el Ministerio del Medio Ambiente propuso al Comité Estratégico la meta de que al 2040 el 10% de residuos domiciliarios, como máximo, sean enviados a un relleno sanitario (hoy es un 96%), y que se reciclen al menos el 65% de los residuos domiciliarios generados en el país. Estas son las metas que la Unión Europea ha planteado a los países más rezagados del bloque (los países más avanzados deben alcanzar el mismo nivel cinco años antes, al 2035). Esta es una meta sumamente ambiciosa como país. Significa darnos un lapso de dos décadas para ponernos a la par de Europa en un ámbito en el que hoy presentamos un importante rezago (somos el último país de la OCDE, junto con Turquía, en cuanto al menor aprovechamiento de los residuos). Dicho esto, Chile ha conseguido, en otros ámbitos, alcanzar metas ambiciosas y ponerse a la par de los países desarrollados o hasta superarlos. Nuestro país es líder mundial en saneamiento de agua, lo que se consiguió en dos décadas, y creemos que podemos conseguirlo en materia de economía circular.

También se optó por avanzar en objetivos transversales ¿Cuáles serán los principales lineamientos en esta materia?

La Hoja de Ruta se estructurará en cuatro grandes pilares y, cada uno de ellos, tendrá metas y objetivos concretos, de corto, mediano y largo plazo. Estos ejes son: Obtención de materias primas; Producción; Consumo y servicios; Gestión de residuos.

Como señalé anteriormente, en materia de gestión de residuos propusimos la meta de que al 2040 el 10% de residuos domiciliarios, como máximo, sean enviados a un relleno sanitario, y que se reciclen al menos el 65% de los residuos domiciliarios. Para los otros pilares también se construirán metas así de concretas y ambiciosas.

¿Cómo avanzará el trabajo para la elaboración de la Hoja de Ruta, y cuáles serán los plazos para que se entreguen las propuestas definitivas?

La Hoja de Ruta será una de las prioridades de trabajo del Ministerio del Medio Ambiente, forma parte de los compromisos de la Contribución Nacionalmente Determinada (NDC), por lo que el borrador estará listo en seis meses para ser sometido a consulta pública.

El proceso de elaboración de la Hoja de Ruta está a cargo de Eurochile, ¿Qué ventajas ve en el trabajo de la fundación, y sus conexiones con expertos europeos en esta materia, para el éxito en el desarrollo de este proyecto? ¿Cuáles son las ventajas de contar con la experiencia europea en esta materia?

Eurochile se adjudicó la licitación que se abrió en 2019 para apoyar en la fase más intensa del trabajo; su labor comenzó en marzo del 2020 y su misión es la de liderar el desarrollo del proceso participativo y, a partir de este, generar el documento final con la hoja de ruta. Confiamos en que su experiencia sea un aporte en el desarrollo de este instrumento.

Eurochile inicia proyecto sobre Turismo de Convenciones en Antofagasta

Este lunes 1 de junio, Fundación Eurochile comenzó la ejecución del proyecto “Nodo Internacionalización Turismo MICE Antofagasta”, que apunta a fomentar articuladamente la explotación comercial sustentable de Antofagasta como destino de turismo de reuniones.

A este turismo se le llama internacionalmente MICE, por la sigla en inglés para reuniones, incentivos, convenciones y exhibiciones o eventos (Meetings, Incentives, Conventions and Exhibitions/Events). Es decir, a diferencia del turismo por ocio o por placer, este tipo de viajes está motivado por eventos organizados con motivos profesionales.

El Turismo MICE representa el 20% de los viajes en todo el mundo, pero estos pasajeros gastan 50% más que los turistas por placer, convirtiéndose en un segmento muy atractivo, especialmente para las ciudades que cuentan con instalaciones para la realización de este tipo de encuentros.

En el caso de Antofagasta, hay experiencia en eventos asociados a los sectores más representativos, como son la minería y la astronomía. Sin embargo, su clima estable, sus atractivos naturales y su infraestructura hotelera la pueden convertir en un destino interesante para convenciones y reuniones de cualquier sector productivo, y de nivel nacional o internacional.

Por otra parte, el turismo MICE genera actividad económica en múltiples sectores encadenados. Para este tipo de eventos, además del alojamiento y la gastronomía, se requieren servicios de transporte, traducción, material impreso, artesanías y otros souvenirs, guías, telecomunicaciones, etc.

Fundación Eurochile tiene una larga experiencia en la ejecución de proyectos de apoyo en el sector Turismo, desde Arica hasta Magallanes. En particular, entre 2013 y 2019 la Fundación apoyó la certificación de tres locaciones de la región de Antofagasta como destinos “Starlight” por la claridad de sus cielos para el turismo astronómico, y además ejecutó dos proyectos en San Pedro de Atacama. Por otra parte, entre 2018 y 2020 Eurochile ejecuto un proyecto FIC – R llamado “Convention Bureau como Motor Turistico Regional” , en donde  el resultado principal fue la creación del Convention Bureau Región de Coquimbo, instancia dedicada específicamente al turismo MICE.

Este Nodo MICE Antofagasta, cuya ejecución se inicia en junio de 2020, tiene como beneficiarios al Convention Bureau de Antofagasta -dependiente de la Asociación de Industriales de Antofagasta-, un hotel de la región, una empresa de transporte de pasajeros y una empresa de traducciones. La idea es promover un trabajo articulado y efectivo para posicionar la región como destino MICE.

Para lograr el fortalecimiento del turismo MICE en la región, se recopilarán datos sobre la oferta y demanda, se creará un plan de negocios y de comercialización para cada empresa y para el conjunto, y se aplicará un programa de capacitación y se ejecutará un plan de difusión y promoción del destino. En estas actividades, además de la experiencia propia de los profesionales de Eurochile, se contará con el apoyo de expertos europeos.

Este proyecto fue licitado por CORFO y su operador GEDES Ltda., siendo  adjudicado por la  Fundación Empresarial Eurochile dada la solidez de la propuesta técnica presentada. Esto ocurrió entre enero y febrero, pensando en realizar las actividades de manera presencial. Sin embargo, la emergencia sanitaria que vive el país obligó a modificar la metodología, rediseñando todas las actividades para realizarlas a distancia. La tecnología disponible permitirá un contacto permanente entre los beneficiarios, los expertos nacionales y europeos, Eurochile y las autoridades de la región (municipalidad, gobierno regional, Corfo, Sernatur).

Adicionalmente, las empresas participantes se beneficiarán de las redes internacionales de las cuales Eurochile es socio, y que están realizando intercambio de información, experiencias y buenas prácticas a través de seminarios, webinars, e incluso ruedas de negocios virtuales, para preparar al sector turismo y reactivarlo.

De este modo, este proyecto es un caso piloto de preparación y renovación del sector turismo mediante la difusión y transferencia de la experiencia europea frente a la pandemia que actualmente estamos viviendo. La iniciativa contribuirá a que Antofagasta esté mejor preparado para el futuro de la industria turistica y a que se convierta gradualmente en una plaza más

Eurochile co-organiza encuentro virtual de innovación en Medio Ambiente, Energía y Economía Circular

La IFAT de Münich, Alemania, es la feria líder mundial de gestión del agua, residuos y materias primas, y donde expositores de todo el mundo presentan estrategias, soluciones, productos e innovaciones para el uso sostenible de los recursos. Y es también el escenario donde se realizaría un evento paralelo de la plataforma “Innovación en Medio Ambiente, Energía y Economía Circular”, de la red europea Enterprise Europe Network (EEN), que reúne a organizaciones y empresas de investigación a nivel mundial para generar contactos comerciales y de cooperación tecnológica en esta materia.

Sin embargo, la crisis por la pandemia obligó a postergar la feria este año, y ante ese escenario EEN decidió convocar a un encuentro virtual, con el objetivo de “ofrecer una buena oportunidad a empresas de todo el mundo para reunirse y establecer contactos a pesar de todas las restricciones de viaje”, dijo Anja Gross, encargada de la red EEN en Bayern Innovativ.

El encuentro virtual tuvo como temáticas principales la economía circular, los residuos y el reciclaje, energía renovable, agua y eficiencia energética, y en él participaron 662 empresas e instituciones de 43 países, entre ellos Chile, concretando 1.075 reuniones de negocios.

“Desde Chile participaron empresas de los distintos rubros y distintos tamaños, que llevan mucho tiempo en esto y ya saben como trabajar con empresas de afuera, y hay un porcentaje de empresas que encontraron oportunidades de cooperación”, explicó Manuela Caruz, directora de Redes de Eurochile.

Hoy las empresas chilenas, agregó, están buscando nuevas oportunidades de colaboración en distintos temas y sectores, “y esta rueda estaba enfocada a un sector muy atractivo y que va a la vanguardia en Europa, por lo que se presenta como un nuevo sector o subsector dentro de cada empresa”.

Actualmente, los países europeos se están alineando bajo el reciente “Pacto Verde” lanzado por la Comisión Europea, y en ese escenario, adelantó Anja Gross, “el tema de la sostenibilidad podría ser aún más importante para nuestra red durante los próximos años. Mirando nuestro emparejamiento virtual, el seguimiento de cada reunión nos dará una idea sobre el impacto que nuestro evento podría haber tenido a este respecto”. Y en cuanto a Chile, agregó, ese mismo trabajo de seguimiento “puede dar algunas ideas interesantes sobre cómo encontrar un terreno común”.

Empresas valoran encuentros

Según explicó Maud Breyne, ingeniero de Inteligencia de Negocios de Recupac, la empresa tenía en sus planes ir a la IFAT de este año en Múnich, pero ante la postergación del evento decidieron aprovechar este encuentro virtual para compensar su necesidad de relacionarse con actores de la gestión de los residuos fuera de Chile.

Y en esa línea, en esta oportunidad buscaron relacionarse con empresas proveedoras de máquinas y actores de la innovación en áreas relacionadas con la gestión de residuos y el reciclaje.

“Logramos juntarnos con 19 actores internacionales de gran interés para Recupac, y estamos actualmente cotizando servicios y productos con diez de ellos. Todavía no se concretiza ningún proyecto, pero ganamos hartos conocimientos sobre el mercado global de los residuos”, dijo Breyne.

Por su parte, Gerardo Canales, director de la empresa Implementa Sur, explicó que parte importante de su servicio a los clientes es hacer recomendaciones de mejoras tecnológicas para una transición a una economía baja en carbono, por lo que este tipo de eventos, “que ayudan a estar al día respecto de las últimas innovaciones y opciones tecnológicas del mercado internacional, son muy relevantes para nuestro trabajo”.

Para Implementa Sur, el principal resultado del encuentro virtual fue el aprendizaje de oportunidades tecnológicas con potencial de ser incorporadas a nuestros sectores productivos, al tiempo que se abrieron oportunidades de transferencia tecnológica en las áreas de residuos y agua.

Para Canales, hoy “todos los sectores de la economía deben transitar a un desempeño mucho más amigable con el medio ambiente. El camino de salida de esta crisis debe estar enfocado en fortalecer un crecimiento verde y apoyar con más énfasis la transición hacia una economía baja en carbono. Aquellas empresas que comprendan y avancen más aceleradamente hacia este nuevo orden, sin duda aprovecharán de mejor manera las oportunidades que hoy se presentan, podrán gestionar los riesgos de transición más acertadamente y y verán incrementada su competitividad de manera sostenida”, afirmó.

 

En tiempos de crisis: La importancia del trabajo en redes

Columna de opinión de Manuela Caruz, directora de Redes de Eurochile.

Hace menos de 60 días, de manera impensada y catastrófica, la crisis sanitaria provocada por la proliferación mundial del virus Covid-19 nos ha obligado a repensar nuestra manera de relacionarnos, de trabajar y de vivir. Y quizás sea para siempre. La pandemia mundial se ha  encargado de hacernos saber que no está en nuestras manos el manejo de la vida y de todo lo que nos rodea.

En este escenario de incertidumbre, las instituciones -públicas y privadas- deberán encontrar nuevas formas de conectarse, de acercarse y de relacionarse para poder generar espacios de cooperación que permitan al mundo seguir creciendo y desarrollarse.
Las tecnologías surgen hoy con más fuerza como una herramienta de primera necesidad que nos permite de manera práctica lograr conectarnos, acercarnos – en medio de una obligatoria distancia social-, trabajar y estudiar, y que frente a los impactos económicos y sociales que ha traído el COVID- 19, se transforme en una oportunidad para mejorar estrategias, gestiones y trabajos, pero al mismo tiempo implica el riesgo de profundizar desigualdades ya existentes.

Ahora más que nunca la cooperación entre dos o más organizaciones requerirá de audacia e innovación, para lograr hacer efectivas actividades que no podremos realizar solos, y en las que el obligatorio distanciamiento social nos pone más de una traba. La identificación de objetivos comunes entre organizaciones distantes será un valor agregado que a su vez identificará nuevos desafíos de cara a una nueva forma de relacionarnos, la afamada “nueva normalidad”

En Europa, esta crisis nos lleva más de un mes de anticipación, por lo tanto, las ruedas de negocios, las misiones comerciales, las agendas y participaciones en ferias europeas han tenido que reinventarse rápidamente, y se han tenido que cambiar de manera drástica los modelos existentes y utilizados por mucho tiempo. Esto nos pone en un escenario innovador y de cambios audaces y flexibles para nuestros clientes, y hoy debemos subirnos a este tren desconocido y saber estar atentos a las nuevas necesidades que surgen.

En este contexto, la Fundación Empresarial Comunidad Europea Chile- Eurochile-, el puente empresarial entre Chile y Europa, pasa a tener un rol muy importante en ser pionero y conocer de primera fuente los desafíos y nuevas estrategias que se están manejando en Europa. De esta manera, los invitamos a que puedan ser parte de la Fundación, a acortar distancias físicas y a trabajar en conjunto para que todos, cooperando, podamos encontrar las oportunidades y soluciones que necesitamos para enfrentar esta pandemia mundial.