Expertos europeos visitan Chile para implementar datos satelitales en sectores agroalimentario, energético y ambiental
El potencial de uso de los datos espaciales europeos es muy amplio, y va desde la vigilancia atmosférica, del medioambiente marino y terrestre, hasta monitorear y evaluar los efectos del cambio climático, apoyar la gestión de emergencias y materias de seguridad, entre otros. El objetivo es darle un uso práctico a los datos obtenidos desde el espacio para optimizar procesos.
Desde el 23 de abril, y durante tres días, la Fundación Eurochile organizó diferentes reuniones con representantes del mundo académico, instituciones públicas, instituciones diplomáticas y empresas enfocadas en los sectores de interés. Sus contrapartes fueron los expertos Thilo Schoenfeld, subdirector de Asuntos Internacionales del clúster francés Aerospace Valley, y Ander González, ingeniero de proyectos de la Asociación Clúster de Energía (ACE) del País Vasco.
Ambos clústeres son parte del proyecto “Space2idgo” que busca desarrollar una red de clúster en Chile en torno a los sistemas espaciales y aeronáuticos, a través de la exportación de innovación espacial europea a terceros países. Como parte de este proyecto ambos expertos vinieron a prospectar el mercado chileno con el fin de encontrar pares con quienes hacer alianzas y negocios en una segunda misión a fines del presente año.
En el caso de ACE, este clúster integra a más de 150 empresas de la cadena de valor del sector energético presentes en el País Vasco (operadores energéticos, fabricantes de equipos y componentes, ingenierías y empresas de servicios), agentes de la Red Vasca de Ciencia, Tecnología e Innovación y organismos de la administración pública con responsabilidades en el campo de la energía.
Aerospace Valley, en tanto, es el “polo de competitividad” en innovación más importante de Francia en los campos de la aeronáutica, el espacio y los sistemas integrados, y cuenta con más de 869 miembros, tanto de la industria como de la academia. Con más de 500 empresas afiliadas -como Airbus, EADS, Air France Industries y Dassault Aviation-, se destaca por generar un espacio de cooperación en el que las empresas puedan desarrollar su vocación innovadora, crear sinergias y promocionar el sector aeronáutico.
“Esta es la primera visita que organiza Eurochile para el programa europeo SPACE2IDGO, que bajo el lema “Exporting European Space innovation for ground solutions” reúne a 9 clústers. Quienes nos visitan son representantes de dos de estos clústers, y nuestro objetivo en esta primera instancia es acercar a expertos del programa europeo con autoridades, instituciones y universidades chilenas”, explica José Aravena, director ejecutivo de Fundación Empresarial Eurochile.
Tras esta visita, ya se está organizando una segunda misión a Chile -que fue identificado por “Space2idgo” como uno de los cinco mercados prioritarios-, esta vez con el arribo a nuestro país de varios startups europeos dedicados al desarrollo de servicios derivados de tecnologías espaciales, en áreas tan variadas como movilidad, energía, logística, industria creativa y agricultura.
Este último sector es uno de los que hoy poseen un gran potencial de uso a través de lo que se conoce como “agricultura de precisión”, que se logra integrando los datos espaciales en la producción agrícola . “A través de la interpretación de datos y análisis de imágenes satelitales pueden determinarse, por ejemplo, la humedad del suelo y el grado de madurez de ciertos frutos. El uso de datos es esencial para la agricultura de precisión, pero también para una gestión forestal eficiente”, explica Thilo Shoenfeld, de Aerospace Valley.
“En Francia -agrega el experto-, país con larga tradición vitivinícola, ya hay varios startups que han comenzado a especializarse en la interpretación de datos para aplicarlos a la producción de vino, por ejemplo, y el uso de esas tecnologías puede ser muy interesante para productores locales”.
Pero el potencial de uso de los datos espaciales europeos es muchísimo más amplio, y va desde la vigilancia atmosférica, del medio ambiente marino y terrestre, hasta monitorear y evaluar los efectos del cambio climático (observar el avance de la desertificación, por ejemplo), apoyar la gestión de emergencias y materias de seguridad, entre otros.
“En el sector energético también hay varias aplicaciones de los datos satelitales para mejorar el funcionamiento y las operaciones. No importando de qué tipo de energía renovable se trate, los datos sirven, por ejemplo, para descifrar la generación potencial de energía en un cierto lugar, lo que a la vez hace más atractivas las inversiones por ser más seguras”, afirma Ander González, de ACE.
Otro ejemplo, dice González, se puede dar en los parque eólicos, donde “las empresas dedicadas a la mantención de las torres pueden usar drones que, alimentados de datos, saben exactamente qué partes precisan mantenimiento cuándo. El uso puede aplicarse a las operaciones en sí como a lo largo de prácticamente toda la cadena de valor”.