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Actores del sector público, privado, de la academia y sociedad civil de Antofagasta dialogaron en torno a las oportunidades que ofrece a esta ciudad la economía circular

Fundación Empresarial Eurochile, junto a Enel Chile, el Gobierno Regional y la Universidad de Antofagasta organizaron el segundo de tres conversatorios en el marco del estudio ´Ciudades circulares para Chile´, investigación pionera en el país desarrollada por Enel Chile, en conjunto con el Centro de Extensión de UC Davis Chile y con la colaboración y patrocinio del Ministerio del Medio Ambiente.

Publicado el 21/12/2022

Con el objetivo de difundir los principales hallazgos del estudio ´Ciudades circulares para Chile´ y compartir las iniciativas locales que están contribuyendo a la sostenibilidad y resiliencia de Antofagasta, se llevó a cabo el segundo conversatorio en el marco de dicha investigación desarrollada por Enel en conjunto con el Centro de Extensión de UC Davis Chile y la colaboración y patrocinio del Ministerio de Medio Ambiente.

El encuentro organizado por Enel, Fundación Empresarial Eurochile, Gobierno Regional de Antofagasta y Universidad de Antofagasta tuvo cita en las dependencias de esta Casa de Estudios y convocó a importantes actores públicos, privados, de la academia y de la sociedad civil, quienes dialogaron sobre la visión de una ciudad circular, un nuevo modelo urbano cuyas ventajas han sido expuestas en el mencionado estudio, que pone el foco en el potencial de transformación de los sectores energía, construcción y alimentos.

En las palabras de bienvenida, desde la División de Planificación del Gobierno Regional de Antofagasta (GORE), Iván Maturana, planteó de qué manera Antofagasta se ha ido conjugando con aquella industria que la ha caracterizado como ciudad y con otros factores de tipo social, entre ellos, la integración de los migrantes.

“La ciudad requiere de pensar, requiere de actuar, en base a una estrategia que tenemos que hacer a partir de esto; estrategia que debemos generar entre el mundo público, el mundo privado y, sobre todo, tomando en cuenta a la ciudadanía”, expuso.

En línea con lo anterior y de manera complementaria, el rector de la Universidad de Antofagasta, Marcos Cikutovic, remarcó que la colaboración entre los distintos actores, y principalmente, la academia, es clave. Destacó también el rol de la economía circular en el diseño de las ciudades del futuro, en el actual contexto de crisis sanitaria que vive el planeta, lo cual debe, dijo, dar paso a un modelo económico y de desarrollo sostenible.

El director ejecutivo de Fundación Empresarial Eurochile, José Aravena, también ofreció una reflexión en torno al tema central del evento. En su intervención, coincidió en que la economía circular es un compromiso compartido y la circularidad es requisito previo a la neutralidad climática.

En la instancia, recordó que Eurochile lleva adelante una serie de iniciativas y proyectos en distintas regiones del país a partir del conocimiento y experiencia europea, dando a conocer a las pequeñas y medianas empresas chilenas las oportunidades que la transición hacia un modelo de crecimiento circular les trae, apoyándolas en el camino de adaptación de sus procesos de producción y comercialización a este nuevo paradigma a fin de cumplir con la creciente demanda de circularidad que vendrán del mercado o desde la regulación pública.

Para tener real impacto en la lucha contra el cambio climático, se requiere ampliar la escala de la economía circular, afirmó el director ejecutivo de Eurochile, “pasando de los pioneros a los principales agentes económicos y de las empresas a la sociedad en su conjunto. Es en este marco que nosotros valoramos enormemente el estudio Ciudades Circulares para Chile desarrollado por Enel. En las ciudades convergen distintos actores claves para una transición exitosa de la economía circular. Aquí, interactúan empresas, academia, instituciones públicas, y sociedad civil, qué mejor lugar para discutir acerca de una estrategia concertada para alcanzar una sociedad climáticamente neutra y eficiente en el uso de los recursos, porque, en definitiva, es del compromiso de la sociedad en su conjunto que depende el éxito de esta crucial iniciativa”.

Previa a los paneles de conversación, la jefa de Economía Circular de Enel Chile, Natalia Correa, presentó los principales resultados y alcances del estudio ´Ciudades Circulares para Chile´. La investigación -inédita en Chile- identifica oportunidades de circularidad para los sectores económicos de energía, construcción y alimentos, al tiempo que propone intervenciones basadas en los principios y modelos de negocio de economía circular para Santiago, Concepción y Antofagasta.

“Sabemos que las ciudades enfrentan muchos desafíos, porque son sistemas cada vez más complejos, pero en el caso de Antofagasta tienen una oportunidad tremenda. Aún es una ciudad pequeña y está a tiempo de evitar los errores de diseño que se cometieron en otras ciudades del mundo”, subrayó.

Gobernanza

El primer panel moderado por el director ejecutivo de Fundación Empresarial Eurochile abordó la implementación de políticas públicas y gobernanza para la Economía Circular. Al inicio del diálogo, el jefe de proyecto Implementación de la Ley REP de la Seremi de Medio Ambiente de Antofagasta, Fernando Varas, resaltó que -en el marco de la Ley de Cambio Climático promulgada en junio de este año- una de las áreas donde la autoridad regional está focalizando los esfuerzos en materia de reducción de emisiones contaminantes es en residuos, que tiene, dijo, un vínculo directo con la economía circular en lo que concierne a la disposición final de desechos orgánicos.

La recolección y reciclaje de neumáticos está regulado por la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje, pronta a implementarse en enero del próximo año de acuerdo estipula su reglamento. Al respecto, Varas contó que ya existen varias iniciativas que fueron aprobadas por el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.
El otro producto prioritario de la Ley REP es envases y embalajes cuyo debut será en septiembre de 2023, para lo cual el ecosistema local se está preparando a través de un gremio de empresas de reciclaje.

“Este grupo de empresas está solicitando un bien fiscal para instalar una planta de valorización en nuestra zona. Lo que hacemos en Antofagasta es recolectar y trasladar los residuos a la ciudad de Santiago o a la zona central del país para su reciclaje y, por supuesto, que esto es un despropósito. Lo que necesitamos es que la infraestructura se instale en la región de Antofagasta”, reparó.

Le siguió el vicepresidente gremial de la CChC Antofagasta, Andrew Trench, quien lamentó que aún en Antofagasta no exista infraestructura para el reciclaje de residuos de la construcción, pese a que el gremio viene reparando en ello hace siete años. No obstante, mencionó el trabajo de la CChC junto al GORE de cara a avanzar en este punto, ya que, según Trench, han detectado que existe un importante potencial de impacto.

En ese ámbito de acción, comentó que se están impulsando Acuerdos de Producción Limpia (APL) integrando a todas las empresas del área de la construcción y con otros actores involucrados, como la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, la academia, empresas socias y gestoras de residuos.

Desde la academia, la directora del Centro de Economía Circular en Procesos Industriales (CECPI) de la Universidad de Antofagasta (UA), Ingrid Jamett, señaló que la demanda por circularidad requiere inversión en I+D+i, y la importancia que desde las comunidades y sus territorios se comprenda y se instale el concepto de un nuevo desarrollo humano basado en el modelo de la economía circular y contribuir desde allí.

“Debemos invertir en I+D+i, pero tenemos que potenciarlo con un foco y objetivos que entreguen la posibilidad de conjugar estas acciones. Reconocemos como país que no vamos a desarrollar la gran tecnología, entonces lo que tenemos que hacer es ser garantes, no podemos traer y comprar lo que nos dicen que va a funcionar. Para ello, tenemos que desarrollarnos técnicamente dentro de la universidad y en la sociedad”, subrayó.

En la instancia, la profesional de la Universidad de Antofagasta tuvo espacio para destacar lo que en materia de reciclaje de paneles fotovoltaicos están llevando a cabo con Solar Circular, iniciativa apoyada por el Comité Corfo Antofagasta, a través de recursos FIC-R del Gobierno Regional.

Este proyecto propone la generación de protocolos y estándares técnicos y económicos para habilitar el mercado de segunda de vida de estos módulos funcionales y no funcionales, junto a un manual de instalación.

Uno de sus insumos relevantes es un estudio financiado por Enel, que permitirá obtener respuestas sobre tasas de falla de los módulos, cuántos decomisados existen, en qué condiciones se encuentran y cómo pueden las empresas disponerlos de forma segura para el medio ambiente.

“Solar Circular tiene que ver con la posibilidad de dar una funcionalidad diferente a módulos fotovoltaicos, tal vez, en otro campo de aplicación, tal vez con menos calidad de generación energética. No lo sabemos, porque no hay datos y es ahí donde la academia está entrando generando estos datos, por ejemplo, en la aplicación de solventes verdes ¿por qué no los usamos?”, graficó.

Potencial de transformación

El segundo panel convocó al diálogo en torno a las ´Soluciones innovadoras para un Antofagasta Circular´. Al inicio de las intervenciones, la directora de Valora Alimentos, María José Larrazábal, contó cómo nació el proyecto junto a otras académicas y profesionales de variadas disciplinas de la Universidad de Antofagasta. En 2020 se unieron con el objetivo de recuperar y valorizar los residuos alimentarios que se generan en los grandes centros comercializadores de hortalizas y frutas de la región, como La Vega Central de Antofagasta y el Terminal Agropecuario de Calama. A la propuesta, que presentaron al Comité Corfo Antofagasta consiguiendo su financiamiento, se sumó la Agencia Chilena para la Inocuidad Alimentaria (Achipia) y las Seremi de Agricultura y de Medio Ambiente de la región.

La experta en seguridad alimentaria comentó que debieron realizar un levantamiento de datos para la primera etapa de implementación de la gestión de residuos de comida para los recintos asociados, el que dio paso a una clasificación en tres categorías: alimentos aptos para el consumo humano, alimentos parcialmente recuperables y alimentos transformados para nutrición animal.

Según Larrazábal, Valora Alimentos ha desarrollado también un libro de recetas preparadas con alimentos recuperados (hojas, tallos, cáscaras, etc.) que habitualmente se botan y que está orientado a toda la población. Junto con ello, el proyecto ha puesto en marcha dos bancos de oportunidades, destinados a emprendedores, donde se proponen líneas de negocios basadas en economía circular.

Hace más de diez años Creo Antofagasta, oficina de planificación urbana y coordinación trabaja para el desarrollo sostenible de la ciudad. Su director ejecutivo, Nicolás Sepúlveda, fue uno de los invitados a este panel para contar del programa SARA, Sistema de Aguas Recicladas de Antofagasta y que irrumpe como una tecnología viable y sustentable frente, dijo, al impacto ambiental que generan las desalinizadoras.

Esta nueva mirada de abordar la gestión hídrica en la ciudad y la región viene gestándose hace unos siete años recordó, la cual, remarcó, está generando cambios en las políticas públicas a nivel nacional a partir de una mirada sistémica del reciclaje de aguas servidas negras y aguas grises, que cuenta con una ley y un reglamento.

Uno de los tantos beneficios de generar agua reciclada, mencionó Sepúlveda, es que “dejas de tener que regar espacios públicos con agua desalinizada, cuya desalinizadora se alimenta de energía que proviene de una termoeléctrica, generalmente, que funciona a carbón en Mejillones”.

El sistema SARA, al permitir distintos puntos de plantas de tratamiento, se ahorran recursos en la red de distribución, por lo tanto, se van generando en distintos lugares áreas verdes posibles, a un valor que, en el caso de las aguas negras, es un tercio o la mitad del agua desalinizada, y en el caso de las aguas grises es hasta un doceavo.

“Tenemos una oportunidad tremenda de duplicar, por lo menos, los espacios públicos de nuestra ciudad con áreas verdes y generar un mayor confort. En Antofagasta se han medido unos 2,7 metros cuadrados de área verde por persona, lo que es muy bajo respecto de las recomendaciones oficiales de 8 a 10 metros”, advirtió.

A su turno, la presidenta de Fundación Ecorayén, Pamela Pérez, explicó el alcance de las actividades que han venido desarrollando hace ocho años, en pro del medio ambiente de la ciudad, a través de espacios de educación enfocados en niños y adultos mayores, potenciando el reciclaje, autocultivo y compostaje mediante talleres, charlas y visitas guiadas, promoviendo la reutilización de materiales, transformándolos en parques y espacios de recreación familiar con fines educativos.

En esta tarea de concientización, Pérez ha liderado intervenciones en el ámbito de la construcción, innovando en el levantamiento de domos hechos con neumáticos, adaptando la técnica ´ave tierra´, la misma que permitió instalar casas hechas de neumáticos enterradas en el desierto de Arizona. Por lo pronto, este laboratorio de educación ambiental está en una alianza con Enel que busca poner a disposición de los vecinos y vecinas antofagastinos una ecomueblería. “Estamos muy agradecidos porque ellos (Enel) llegaron a nosotros a ofrecernos este mega proyecto que creemos es súper importante para lo que estamos haciendo. Con esta ecomueblería buscamos educar a toda la población de Antofagasta acerca de cómo podemos construir muebles, cómo podemos utilizar palets, pero también cómo podemos generar mobiliario para la comunidad”, expuso en el conversatorio.

En ese sentido, dentro de las medidas que plantea Enel en su estudio “Ciudades Circulares para Chile”, está construir con materiales reutilizados, reducir el uso de materiales vírgenes y privilegiar los que son bajos en carbono, con contenidos valorizados y locales.

Otros proyectos circulares en la ciudad son liderados por la encargada de Medio Ambiente y Aseo y Ornato de la municipalidad de San Pedro de Atacama, Leticia González, quien en 2020 llegó a esa área.

Una de sus primeras tareas fue la instalación de punto limpio municipal. Luego, el alcalde decidió colaborar con un grupo de investigadores de la Universidad Católica del Norte que postuló el proyecto FIC-R (Fondo de Innovación para la Competitividad) de una planta de valorización energética de residuos sólidos. Para el municipio fue la oportunidad de reciclar, a través del sistema de pirólisis, los neumáticos que por años se apilaron al lado del relleno sanitario de la comuna.

“Los académicos ya habían realizado unos pilotos, decidieron escalarlo con nosotros y nos convencieron. Dentro de los pocos recursos que tenemos, dijimos, hay que poner algo de financiamiento. Ellos postularon la iniciativa en 2018, se adjudicó al año siguiente y entre medio vino la pandemia, entonces recién en 2021 comenzamos con las pruebas”, repasó.

A la fecha, precisó Leticia, se han podido tratar 1,3 toneladas de neumáticos y se obtiene un biocombustible, gas, negro de carbón (material para diversos usos) y adicionalmente -porque no estaba contemplado al principio- se consiguió acero. “Todos los neumáticos vienen con un material de acero y resultó ser un cuarto material que se puede valorizar a partir de este proceso, donde ingresas el neumático a una cámara, aplicas presión y temperatura en ausencia de oxígeno. No es una incineración, entonces no se produce CO2 porque es un sistema anaeróbico. Estamos muy contentos porque dio resultado”, dijo entusiasmada.

La experiencia ha motivado que la municipalidad dé continuidad al proyecto con financiamiento de la empresa SQM, mientras los investigadores preparan una segunda postulación al FIC-R, porque la siguiente meta es refinar incluso más el biocombustible antes de ser usado en un automóvil.

Al cierre del encuentro, el Gobernador Regional, Ricardo Díaz, valoró las iniciativas transformadoras y planteó que la problemática ambiental debe continuar afrontándose con acciones eficientes y sostenibles de manera colaborativa.
“Tenemos que ser capaces de asumir el compromiso de ser una región donde todos seamos responsables de nuestros residuos. Esto significa dejar de consumir tanto, debemos cambiar nuestras prácticas, asumir que vivimos en el desierto más seco del mundo y, por lo tanto, no podemos andar botando agua como la botamos. Debemos entender que nuestros desiertos no son basurales, que ahí hay naturaleza, y por lo mismo, entender que tenemos que pagar por nuestros residuos. Esto implica todo un cambio de mentalidad que no lo vamos a lograr inmediatamente, necesitamos comprometernos en ir generando esta dinámica, con disciplina comunitaria en cada acto que realizamos”, sostuvo.