Kepa Solaun, experto en cambio climático: “En buena parte del sector turismo, el foco está puesto casi exclusivamente en el corto plazo y no se está en disposición de abordar estratégicamente este tipo de retos de futuro”
El CEO de Global Factor y también Presidente de la Asociación Española para la Economía Energética en España fue invitado por la Fundación Empresarial Eurochile a exponer – en forma remota- las experiencias de cálculo de emisiones que realizó para el sector turismo en España y Montenegro en el Seminario ´Cambio Climático y Turismo´, organizado por la Subsecretaría de Turismo y Sernatur. En esta entrevista, el especialista da cuenta de los alcances de su estudio y aborda los desafíos y oportunidades de la industria mundial y nacional en su camino por alcanzar las metas de descarbonización.
En la reciente COP27 realizada en Egipto, la Organización Mundial del Turismo (OMT) reunió a las principales partes interesadas del sector buscando aunar criterios sobre cómo acelerar el cambio hacia una mayor sostenibilidad y alcanzar la meta de reducir a la mitad sus emisiones de carbono a 2030 y alcanzar la Net- Cero a más tardar a 2050.
El balance de la cita resultó positivo en palabras de la directora ejecutiva de la OMT, Zoritsa Urosevic: “Estamos orgullosos de ver la forma en que la Declaración de Glasgow sobre la Acción Climática en el Turismo en la COP26 insipiró a nuestro sector a actuar. Desbloquear las finanzas y desarrollar marcos de medición será fundamental para ampliar nuestro apoyo y continuar acelerando la acción climática por un futuro más resiliente”.
La acción por el clima se refiere a los esfuerzos por medir y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y reforzar la capacidad de adaptación a los impactos inducidos por el clima. Un área de trabajo de la que es especialista el español Kepa Solaun, quien desde el año 2004 ha asesorado una serie de proyectos a través de Global Factor donde es Socio Fundador y CEO.
Solaun fue invitado por Eurochile para participar- de forma remota- en el Seminario ´Cambio Climático y Turismo´, organizado por la Subsecretaría de Turismo y Sernatur y donde se compartieron experiencias exitosas de prácticas y medidas de mitigación. Fue la oportunidad para presentar los resultados de la medición del impacto del cambio climático en el sector turismo de España y Montenegro que su consultora realizó.
Según explica Solaun en entrevista con Eurochile, “dentro de los proyectos desarrollados hasta la fecha desde Global Factor que han estado centrados en aspectos de mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en el sector del turismo, (estos dos países) nos parecieron buenos ejemplos de aplicación de diferentes metodologías de cálculo de emisiones de GEI. En ambos casos, el enfoque del estudio era nacional, pero los datos de partida obligaron a realizar diferentes aproximaciones para llegar a la estimación de las emisiones de GEI del sector”.
El estudio de Global Factor se centró en el cálculo de las emisiones de CO2 y para ello aplicó distintos enfoques metodológicos para medir la huella de carbono según el país ¿En qué consisten las dos visiones y por qué se utilizaron para estas experiencias?
Para la estimación de las emisiones de GEI del sector, se pueden realizar dos aproximaciones diferentes. Por un lado, un enfoque de arriba – abajo o top down, y por otro, un enfoque de abajo – arriba o bottom up. En el primer caso, se trabaja desde un punto de vista agregado con herramientas macro, casi siempre de naturaleza económica, que permiten trabajar a nivel país. En el segundo caso, la información de partida es la propia del sector, como, por ejemplo, consumos energéticos, kilómetros recorridos o residuos generados por turista o por estancia media. Este segundo enfoque se usa sobre todo trabajando con alcance local o regional.
Normalmente, la aplicación de una u otra metodología responde a la tipología de información de la que se disponga, así como a los objetivos que se quieran conseguir con el estudio. En el caso de metodologías top-down, el enfoque suele ser más estratégico y a largo plazo, para marcar sendas de actuación macro para el sector. En el segundo caso, cuando la información de la que se dispone es más concreta, permite identificar medidas de reducción a más corto plazo y estimar su impacto con mayor concreción que con el enfoque top-down.
¿Cómo fue el proceso para contabilizar y elaborar los reportes de GEI?
Este tipo de estudios siempre tienen cierto grado de complejidad y es necesario ir estableciendo hipótesis y asunciones, con base en la información y el conocimiento experto existente. Por ello, normalmente desde Global Factor buscamos que los equipos de trabajo combinen tanto la experiencia en cálculo de emisiones de GEI y sus metodologías, con conocimiento específico del sector y del país o región donde vamos a desarrollar el estudio.
La clave en el proceso es el levantamiento de información, ya que es la base para todo lo demás. Esta fase del trabajo suele ser también la que más se extiende en el tiempo. A partir de la información comienza la fase de tratamiento y cálculo, además del contraste con expertos sectoriales y locales.
¿Qué resultados arrojaron las mediciones realizadas con cada metodología?
En ambos casos se llegaron a estimar las emisiones de GEI asociadas a la actividad turística de ambos países. La diferencia radica en que en el caso español no se tuvieron, como tal, datos de actividad concretos (ej. consumos de combustibles o km recorridos) y en el caso de Montenegro sí. El objetivo de ambos estudios era diferente, por lo que esto no fue ningún problema. En el primer caso se buscaba plantear una hoja de ruta del sector a largo plazo para hacer frente al cambio climático y en el segundo caso, se buscaba una metodología que se pudiese aplicar anualmente y con la cual medir el efecto de las medidas que se definieron a partir de los primeros resultados de emisiones.
Usted ha dicho que la huella de carbono no se trata sólo de los resultados, sino también de lo que se puede hacer con ella, por ejemplo, compartir, controlar, reducir, compensar ¿Cuál sería la mejor opción?
La estimación de las emisiones de GEI siempre se realiza para poder identificar formas de reducirlas. Por supuesto, es importante comunicar la información y realizar seguimientos periódicos de las mismas, pero la reducción de las mismas es el fin último del cálculo, todo debe empezar por ahí.
Sin embargo, no todas las emisiones son abatibles con las tecnologías actuales, por lo cual existe la opción de compensarlas con reducciones que se dan en otro lugar. Existen estándares reconocidos a nivel internacional, como Gold Standard o Verra, que certifican que esas reducciones de emisiones se están dando y controlan que no sean utilizadas más de una vez para acciones de compensación.
Desde Global Factor hemos lanzado este año una nueva iniciativa llamada OffCarbon, a través de la cual estamos promoviendo el desarrollo de proyectos que reduzcan emisiones de GEI que puedan ser certificadas y utilizadas para compensar.
Algunas voces expertas advierten que el foco para combatir el cambio climático debe más bien estar en la adaptación que en la mitigación. ¿Qué opina? De serlo así ¿Qué hoja de ruta sería la más eficaz para el sector turismo?
El cambio climático está produciendo una serie de impactos a los que es necesario adaptarse, y su evolución futura apunta a que los mismos serán más intensos y frecuentes a medida que avance el tiempo. Sin embargo, la causa sigue siendo la emisión de GEI, por lo que no podemos obviar la importancia de seguir poniendo esfuerzos en la reducción de emisiones. En realidad, y tal y como ponía de manifiesto el Acuerdo de París, ambas vertientes son esenciales y complementarias en muchos casos.
En cuanto al sector turístico, el enfoque debe ser doble. Abordar, por un lado, la reducción de las emisiones de GEI con medidas que apoyen la descarbonización del sector, a través de la eficiencia energética, las energías renovables y el transporte sostenible. Pero sin olvidar hacer un análisis en cada caso de cómo el cambio climático puede afectar al turismo y establecer estrategias para reducir su vulnerabilidad al clima futuro. Aquí, desgraciadamente, no puedo apuntar a una hoja de ruta común, ya que depende mucho de cada región, tanto de las características de su turismo como de las proyecciones climáticas que se tengan para la zona.
¿Cómo se financia un plan de mitigación o adaptación? ¿Qué tan clave es la asesoría desde el sector público y privado?
Para contestar a la pregunta, voy a diferenciar lo que es la fase de elaboración del propio plan, de lo que es la fase de implementación. Evidentemente, la segunda fase es la que lleva los mayores costes asociados. En su financiación suelen intervenir distintos actores, ya que el sector es eminentemente privado, por lo que muchas de las actuaciones serán impulsadas por el sector privado. Desde la administración se puede apoyar a través de incentivos, como ayudas económicas o instrumentos que sirvan para el reconocimiento de los más implicados, además de la aplicación de obligaciones reguladas por ley.
A nivel internacional hay también numerosos organismos bilaterales y multilaterales que están apoyando la descarbonización y la adaptación al cambio climático, a través de donaciones o préstamos, entre otros instrumentos económicos. Además, la colaboración público-privada permite también una mejor aplicación de las medidas previstas y son muchos los países que ya están haciendo esfuerzos en este sentido.
Por otra parte, la asesoría técnica es clave, tanto en la fase primera de confección del propio plan, como después en su implantación. Se necesitan una serie de estudios técnicos como huellas de carbono e inventarios de emisiones de GEI o análisis de riesgo climático, que deben ser llevados a cabo por profesionales que conozcan y manejen las metodologías adecuadas.
Tomando en cuenta los efectos económicos que trajo la pandemia en el sector turismo a nivel mundial ¿Cuáles son sus proyecciones del cambio climático en el corto o mediano plazo? ¿Podrían ser más negativas si es que el rubro se reactiva sin hacerlo de manera sustentable o bien su visión es optimista?
Es una pregunta difícil de contestar. La situación que el sector ha vivido con la pandemia por COVID ha sido extrema y repentina, sin tiempo ni capacidad para adaptarse a la situación. Sin duda, si no se sigue apostando por la reducción de emisiones de GEI, el cambio climático nos lleva a un futuro de extremos. Sin embargo, los cambios se van dando de forma gradual, lo que nos permite establecer estrategias para reforzar nuestra capacidad de adaptación a los mismos. Además, los pasos dados en la última década hacia la descarbonización global, así como la mayor concienciación generalizada, me hacen ser optimista. En la actualidad, la apuesta internacional y el compromiso, tanto de los actores públicos como privados, por la reducción de emisiones de GEI son claros. Los avances tecnológicos en este sentido están siendo ya importantes y creo que el desarrollo de los mismos en los siguientes años será aún mayor, ofreciendo soluciones en aquellas áreas donde la reducción de las emisiones es más compleja.
Una cuestión clave aquí será la sensibilidad del turista a esta temática y en qué medida va a empujar por que haya cambios en la dirección de la sostenibilidad.
Chile es el primer país en desarrollo que cuenta con una Ley Marco de Cambio Climático ¿De qué manera puede capitalizar este hito en el sector del turismo?
La Ley Marco de Cambio Climático aprobada en Chile es un paso muy importante para los diferentes sectores del país, entre ellos el turismo. La Ley establece la meta de neutralidad en carbono y resiliencia para 2050, un objetivo ambicioso que está en línea con muchas iniciativas internacionales y que ofrece muchos caminos para la progresión del país en materia medioambiental, económica y social.
Este hito podría permitir a la industria turística de Chile dar pasos fundamentales en el desarrollo de una actividad responsable y respetuosa con el medio ambiente, a través de diferentes líneas de acción y medidas concretas que requieren el compromiso de todos los actores clave dentro del sector, así como las comunidades y la ciudadanía. La Ley va a impulsar una transformación moderna y resiliente del sector turismo, desde el transporte hasta las construcciones o la manera de hacer turismo que se tenía hasta ahora.
La industria turística en todos sus ámbitos podrá inscribirse dentro del registro público de emisiones de GEI que propone la Ley, así como obtener certificados que acrediten la reducción o absorción de dichos gases mediante la implementación de proyectos en Chile para tal efecto. Además, impulsará la modernización de sus infraestructuras, a través de una implementación de construcciones basadas en la eficiencia energética, que apoyarán a un sector más sostenible, rentable y capaz de subsistir gracias a las energías verdes. Unir las nuevas tecnologías más sostenibles y la naturaleza característica del turismo en Chile es posible, con el fin de, además, crear un ecosistema económicamente viable y amigable con el medio ambiente.
¿Qué opinión tiene del trabajo que Fundación Empresarial Eurochile desarrolla en el marco de la Hoja de Ruta de Economía Circular?
La transición de una economía lineal a una circular es un proceso complejo que requiere una transformación importante en las formas de producir y consumir, y sin la colaboración de organizaciones como Eurochile sería imposible lograrlo. Solo así es posible la consolidación de estrategias conjuntas para potenciar ese avance hacia la circularidad y la innovación dentro de la economía, y todo lo que ello conlleva directa e indirectamente.
El trabajo que están desarrollando desde fundación para impulsar, especialmente, que el sector privado nacional conozca y tenga la posibilidad de desarrollar una Hoja de Ruta de Economía Circular respaldará, además, la consolidación de vínculos con Europa. Todo ello ayudará a un mayor impulso, apoyando la difusión internacional de los esfuerzos que se están haciendo para promover esta transición económica, energética y climática y fomentando la colaboración entre empresas, así como intercambiando experiencias y fortaleciendo el emprendimiento medioambiental a través de la cooperación.
De aquí en adelante ¿dónde deben estar puestos los incentivos para conseguir que el sector turismo en el mundo sea más resiliente al cambio climático?
Realmente el sector ya debería tener incentivos para ser resiliente, ya que está en juego su propia competitividad y, en algunos casos su supervivencia. Piénsese por ejemplo en el turismo de deportes de invierno en áreas en las que va a tener que depender casi exclusivamente de nieve artificial. Pero algo parecido sucede en diversos destinos de sol y playa.
La cuestión es en qué medida el sector está preparado para mirar a largo plazo y tomar decisiones para reducir esa vulnerabilidad desde ahora. En buena parte del sector, el foco está puesto casi exclusivamente en el corto plazo y no se está en disposición de abordar estratégicamente este tipo de retos de futuro.
Aquí juegan un papel esencial instituciones públicas y privadas que difundan información y faciliten herramientas que permitan visualizar y comprender los impactos esperados y diseñar medidas para abordarlos de forma preventiva.