Fundación Empresarial Eurochile inicia ciclo de talleres para capacitar a pymes en economía circular enfocado a construcción y agro-alimento
Este formato de vinculación entre empresas con el mundo de la economía circular es parte del trabajo que la fundación viene desarrollando desde el 2016. El primer taller fue en Santiago y las próximas actividades están programadas para realizarse en otras regiones del país.
El puntapié inicial a una serie de talleres participativos sobre economía circular a realizar a lo largo del país dio este jueves 13 de octubre la Fundación Empresarial Eurochile, con el propósito de impulsar este modelo en pequeñas y medianas empresas relacionadas a los sectores construcción y agro- alimento.
De esta manera, el primer encuentro tuvo lugar en la región Metropolitana, en las instalaciones de la fundación y se denominó ¿El auge de los productos circulares para la construcción, una oportunidad para las PYMES chilenas? Contó con la asistencia de distintas empresas, las que debatieron sobre problemáticas como ¿Ley Rep en construcción, una herramienta indispensable a la formación de un mercado para productos circulares?; ¿Los productos circulares solo apuntan a una clientela con alto poder adquisitivo? y Las barreras culturales de construir con residuos.
Previamente, en el saludo de bienvenida, el director de Sostenibilidad y Economía Circular de Eurochile, Enrique Sánchez, destacó justamente el interés de la fundación por extender su apoyo ahora al ámbito de la construcción.
A continuación, la jefa de Proyectos del Área de Sostenibilidad y Economía Circular de Eurochile Maud Breyne, repasó algunos conceptos claves de la economía circular en el rubro de la construcción y los desafíos que se presentan en torno a esta actividad, entre ellos, la huella ambiental que genera cada una de las etapas de producción de los miles de millones de toneladas de materia prima que demanda mundial este sector anualmente, y la edificación intensiva en las ciudades que aumentará al doble en las próximas cuatro décadas.
Pero así también, la jefa de proyectos mencionó las ventajas de los productos y servicios que resultan de los negocios circulares cuando los actores de la cadena de valor se relacionan entre ellos y aplican economía circular. “Los productos y servicios circulares tienen la particularidad de ser más duraderos y más innovadores. Pueden brindar ahorros monetarios y, sobre todo, mejor calidad de vida al usuario”, enfatizó.
En este escenario, la transición desde un sistema de producción lineal a uno circular es un proceso que las pymes pueden liderar muy bien en Chile y en el mundo en el mediano plazo, ya que su estructura es más flexible que la de las grandes empresas, pudiendo adaptarse más rápido con una oferta de nuevas soluciones.
Un aislante único
Con el objetivo de comprobar in situ la oportunidad que representan los productos circulares para la construcción, se invitó a José Antonio Infante, Gerente de Ventas y Desarrollo de Protermo, quien estuvo a cargo de dictar una charla inspiracional sobre las cualidades ecológicas y de ahorro de energía de las materialidades que hoy desarrolla su empresa para la industria de la construcción y el diseño arquitectónico.
El aislante de celulosa es uno de sus productos estrella, en un 90% hecho de fibra de celulosa reciclada, y que es instalado tanto en techumbres como en tabiquería, proporcionando aislación térmica y acústica, y funciona como barrera contra incendios, plagas de insectos y roedores.
Infante explicó que a este material “se le agrega ácido bórico que lo hace retardante de fuego y además impide la anidación de todo tipo de plaga biológica. Se puede meter un ratón, una paloma en el entre techo, pero no va a anidar ahí porque los animales menores no toleran el químico”.
El representante de Protermo fue incluso más allá y realizó un experimento que dejó en evidencia las capacidades de su producto. Con un soplete aplicando calor a 780 grados Celsius fundió una antigua moneda de aluminio de un peso sobre la superficie del aislante de celulosa, y que sostenía con una de sus manos. En ese sentido, aseguró que este material es único en el mercado nacional.
El material no se combustionó después de un par de segundos, sin embargo, no sucedió lo mismo al hacer la prueba en una capa de lana de vidrio, la que, según Infante, está afecta a la degradación térmica, perdiendo su atributo como aislante y volviendo cada vez menos eficiente a esa casa o departamento que lo usa.
“La tasa de degradación de los aislantes que también va a verse influida en porcentajes menores por la orientación, la materialidad, la ubicación y el estrés térmico al que sea sometido, es de alrededor de 9% anual. Quiere decir que en cinco años va a haber perdido cerca del 50% de su capacidad de aislamiento térmico”, precisó y, por lo tanto, agregó “me va a costar un 50% más calentar o enfriar esa casa”.
Al contrario, comparó que “la fibra de celulosa tiene la gran particularidad de que no se degrada, es un material de origen vegetal que no tiene resinas”. A modo de conclusión de su exposición, Infante señaló que “la gracia del aislante de celulosa es que está totalmente inscrito dentro de la economía circular. Como no se degrada, tomamos el papel y no lo picamos, lo rasgamos, cosa que aflore la fibra de celulosa, le añadimos el químico y esto va a quedar encapsulado en muros o cielos, en el tiempo que esté vigente esa edificación”.
Por último, el especialista resaltó que es más barato de producirlo y muy rápido de instalar, por eso se mostró abierto a generar alianzas con municipalidades a fin de mejorar la capacidad térmica de los hogares.
El taller con su formato participativo facilitó el análisis colectivo y orientó hacia la toma de acciones bajo dos principios que rigen su organización: la resolución simultánea de problemáticas tratadas de forma paralela y la libre implicación de cada participante en el debate. Los próximos encuentros están contemplados a realizarse en otras regiones del país los que se informarán oportunamente.