“En Europa hemos encontrado socios de primer nivel, visiones comunes de desarrollo, acceso a conocimiento especializado y a las mejores prácticas de la industria”
Juan Eduardo Erráruziz fue parte del primer directorio de la Fundación EuroChile. En estos 26 años de trayectoria, el presidente de Sigdo Koppers destaca los avances de la relación entre Chile y la Unión Europea y el remarca el rol que ha jugado la fundación en profundizar los vínculos comerciales entre ambos socios estratégicos.
Luego de ser galardonado en nuestro aniversario XXVI, el ingeniero, empresario, dirigente gremial, Juan Eduardo Errázuriz recorre en esta entrevista el cuarto de siglo que lleva ligados a la institución y profundiza en los desafíos y en el aprendizaje adquirido en material de cooperación empresarial.
Usted fue miembro del primer Consejo de Eurochile en 1993, ¿Qué lo motivó a asumir esa tarea y cuál fue el énfasis que se puso en la institución en esos primeros años de trabajo?
Sí, fui miembro del primer directorio de la Fundación EuroChile, tarea que asumí tras ser designado como representante empresarial por el Presidente de la República. En esos años buscamos sentar las bases y dar los primeros pasos para cumplir con los objetivos de EuroChile que como sabemos es promover la cooperación empresarial y la transferencia tecnológica entre empresas, particularmente pymes, e instituciones de nuestro país y Europa.
A partir de ahí, ¿cómo ha visto el crecimiento y el papel que ha jugado Eurochile en estos 26 años de vida?
Creo que ha cumplido un rol muy relevante, a través de su apoyo a empresas chilenas y europeas en proyectos y programas enfocados a emprender procesos de internacionalización, a incorporar nuevas tecnologías en sus desarrollos productivos y de servicios, vincularlos con el “saber hacer europeo”, fortalecer su asociatividad y, en general, lograr que sean más rentables a través de la cooperación empresarial público-privada.
Asimismo, la Fundación también ha sido un actor importante en los procesos de cooperación institucional entre Chile y la Unión Europea, tales como la negociación y firma del acuerdo de asociación; la presencia de nuestro país en grandes citas europeas, como ExpoSevilla y ExpoMilán, la cumbre empresarial UE-CELAC realizada en Chile el año 2013, entre otras tantas actividades de relevancia en que hemos participado como socios y aliados estratégicos.
La Unión Europea actualmente es nuestro tercer socio comercial, por ende la labor que desarrolla la Fundación tiene cada día más importancia en la promoción y difusión del comercio existente y del que está por venir.
¿Cuál es el rol que juega la cooperación empresarial, y qué importancia tiene la transferencia de conocimiento y tecnología para el desarrollo de los países?
Considero que el principal rol de la cooperación empresarial es aportar al desarrollo de la industria y en definitiva de los países, tanto en el ámbito económico como social. La transferencia del conocimiento y la innovación tecnológica resultan fundamentales para lograr este objetivo, ya que, entre otras cosas, es lo que nos permitirá aumentar la efectividad de las organizaciones, mantener y mejorar su competitividad, y la capacidad de adaptarse a un entorno en constante cambio.
¿Qué importancia ha tenido para Chile esta alianza de cooperación tan duradera con Europa?
Creo que ha sido muy importante, tenemos lazos históricos, culturales y un intercambio comercial con la Unión Europea que durante el año 2018 ascendió a cerca de US$20.000 millones.
No son muchas las empresas, y los empresarios chilenos, que se instalan con inversiones en Europa. Usted lo ha hecho, ¿cuáles son las ventajas, y qué es lo más complejo en términos de aprendizaje?
En los últimos años, Sigdo Koppers ha invertido en activos en Europa un monto aproximado de 800 millones de euros, lo que nos llena de satisfacción y nos permite contribuir a potenciar las relaciones comerciales con la Unión Europea.
A través de esta y otras inversiones hoy somos una empresa global de servicios a la minería y la industria.
En Europa hemos encontrado socios de primer nivel, visiones comunes de desarrollo, acceso a conocimiento especializado y a las mejores prácticas de la industria. Entre las principales dificultades, como en todo proceso de internacionalización, está el factor cultural, el que hay que abordar respetando las diferencias para lograr una integración exitosa.
El premio otorgado por Eurochile es un reconocimiento a quienes se destacan por fomentar y facilitar la cooperación empresarial entre Chile y Europa. Usted ha destacado en ello, y también en fomentar la cooperación empresarial permanente con otros países y continentes. ¿Por qué ha decidido asumir ese rol de facilitador, de buscar y promover esas conexiones?
Considero que la cooperación internacional es un ingrediente clave para el crecimiento de los países, que en nuestro caso nos permite salvar las restricciones que impone el tamaño del mercado chileno y la distancia de los centros de consumo, factores que dificultan alcanzar economías de escala y obtener todo el provecho de las capacidades existentes. Además de las relaciones comerciales hay sectores como educación, salud, medioambiente donde también la cooperación internacional es muy importante.
Tras más de un cuarto de siglo de trabajo, ¿cómo visualiza el rol de Eurochile para los próximos años, donde están los nuevos puentes que se deben tender con Europa?
Espero que EuroChile con eficacia e inteligencia, tal como lo ha hecho hasta ahora, continúe fortaleciendo los vínculos entre Chile y Europa en el ámbito de las relaciones empresariales, la inversión y del comercio.